En 2006, un 30,3 por ciento de fumadores decidió abandonar el hábito, mientras que en 2008 el porcentaje subió hasta un 42,8 por ciento. Respecto al tiempo que duraron sin probar un cigarrillo, el porcentaje más alto de 2006 (un 35,9 por ciento) consiguió abstenerse entre uno y tres meses, mientras que en 2008 el más elevado (33,1 por ciento) sólo consiguió abandonar el tabaco entre uno y siete días (ver gráficos).

María Ángeles Planchuelo, presidenta del CNPT, achaca esta situación a diversos factores. “Se sigue fumando en la mayoría de lugares públicos de hostelería, ocio y restauración, por lo que el entorno no facilita su abandono al cien por cien”. Además, añade que los pacientes no tienen alternativas estructuradas dentro del sistema de salud para ayudarles a dejar de fumar. El precio del tabaco es otro motivo que, a su juicio, fomenta el inicio del hábito en jóvenes.

Difícil decisión

Según el estudio, la proporción de intentos de dejarlo ha sido ligeramente superior entre los hombres (29,3 por ciento) que en las mujeres (25,3 por ciento) y entre la población mayor de 60 años con un nivel de estudios medios. La intención de dejar de fumar a corto plazo es ligeramente superior en los adultos y en los que tienen un nivel educativo medio o superior. Entre los motivos de las recaídas, el 66,5 por ciento señala un exceso de estrés en su vida diaria, seguido de la influencia del entorno y de la falta de motivación real.

“Dejar de fumar ya es estresante para el paciente, por lo que es fundamental el diagnóstico de la adicción tabáquica para instaurar pautas farmacológicas y psicológicas y ayudarle a abandonar la adicción”, matiza Planchuelo. Y es que el hecho de que la Ley Antitabaco resulte ineficaz se debe en gran medida a las excepciones en el sector de la hostelería, que si no se saltase la norma podrían evitar hasta mil muertes de trabajadores del sector, según los expertos. En este sentido, un estudio publicado en la revista Plos One y coordinado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona analiza la exposición de HAT (carcinógeno del tabaco) en 431 trabajadores de bares, restaurantes, pubs y discotecas de cinco comunidades autónomas. De éstos, 137 no fumadores muestran que la concentración de cotinina (molécula de la nicotina) en saliva se reduce especialmente (63,7 por ciento) en los sujetos que trabajan en locales libres de humo. Curiosamente, en los locales sin restricción de consumo, se ha producido un aumento del 20,6 por ciento.

Excepciones

Científicos del Instituto Catalán de Oncología demuestran que en aquellos lugares donde la ley se cumple a rajatabla sí se han obtenido beneficios importantes en los últimos dos años. El estudio, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, analiza los efectos de la ley en centros de trabajo. En él se concluye que desde su entrada en vigor la concentración de nicotina ha caído un 60 por ciento en oficinas de la administración y un 97,4 en el sector privado. En las universidades la reducción ha sido del 66,7 por ciento. Sin embargo, los niveles de HAT son tres veces superiores a los de las oficinas libres de humo. Asimismo, se observó una mejora de la salud respiratoria de los sujetos participantes en el estudio.