La asociación sin ánimo de lucro «Cuéntame» abrirá en octubre el primer centro residencial de atención a menores drogodependientes de la comunidad autónoma de Extremadura. Este espacio prestará atención a aquellos menores de 18 años que presentan problemas con las drogas y que ya han recibido un tratamiento ambulatorio sin que éste haya dado los resultados esperados.
El centro, que recibe el nombre de «Valdoco,» está emplazado en una finca de 4.000 metros cuadrados de una zona conocida como «El Espadañal», en el kilómetro 1,8 de la carretera de Mérida a Alange. La asociación «Cuéntame» ha suscrito un convenio con la Consejería de Sanidad y Consumo por el que ésta ha sufrago el proyecto con 84.141 euros.
«Me siento muy contenta y orgullosa de que nos hayan atendido y escuchado. Además de haber confiado en nosotros como asociación, pues llevamos poco tiempo de vida», señala Eva Tobaja, educadora social del Centro de Transeúntes «Padre San Cristóbal» e integrante del colectivo.
Su opinión también la comparten el resto de las componentes de «Cuéntame», Inma Naranjo, trabajadora social, y Felisa Sanromán, psicóloga, quienes aseguran que es muy importante la implantación de este tipo de recursos sociales destinados a ayudar a los colectivos con distintas problemáticas.
Acceso
El acceso al centro residencial, señala Tobaja, vendrá determinado directamente por los CEDEX (Centros de desintoxicación de Extremadura), quienes serán los encargados de derivar a cualquier menor que tenga problemas con la drogadicción.
«Valdoco» tiene capacidad para albergar a un total de seis niños. La llegada de los jóvenes se realizará progresivamente en los próximas semanas para valorar, añade Tobaja, su integración al centro y evaluar su conducta con el resto de los integrantes.
A su juicio, el problema con las drogas comienza cada vez a edades más tempranas. Se dan casos de niños de apenas 12 años que ya mantienen contacto con este tipo de sustancias. Felisa Sanromán añade que estos menores necesitan un centro de contención, en donde se les estabilice y se lleve a cabo un internamiento temporal.
Tobaja enfatiza que, hoy en día, la drogadicción no afecta sólo a niños con problemas sociales y familias desestructuradas, sino también a menores que pertenecen a clases sociales con un mayor poder económico. «Ya no se puede identificar droga con marginación», dice.
Asimismo, el período de estancia en el recurso no está establecido y dependerá de la evolución que vaya experimentando cada paciente.
Tratamiento
Una psicóloga, un trabajador social, dos educadores sociales y diversos monitores serán los profesionales encargados de trabajar con los menores residentes. El tratamiento que recibirán en «Valdoco» estará distribuido por grupos de edades. Explica Tobaja que los menores de 16 años se escolarizarán en alguno de los centros educativos de la ciudad y tendrán que asistir diariamente a las clases.
De esta forma, cuenta la educadora social, todos los residentes participarán en un programa terapéutico en el que se compaginarán las actividades lúdicas y de ocio con diferentes técnicas psicológicas, grupales, habilidades sociales y grupos de control de agresividad con el objetivo de que los jóvenes disfruten de su ocio y tiempo libre. «Lo que queremos es que ellos descubran una manera diferente de divertirse, alejada del mundo de las drogas», añade Tobaja. Los profesionales trabajarán divididos en turnos y siempre habrá un trabajador atendiendo a los niños, que nunca permanecerán solos.
El enclave
La finca donde se emplaza «Valdoco» está distribuida en un chalé, piscina, dos naves, un gallinero y un huerto. De esta forma, detalla Tobaja, se aprovechará todo el espacio disponible para poder acoger la realización de distintos talleres.
A la hora de elegir este espacio, los miembros de «Cuéntame» tuvieron que valorar la proximidad a Mérida. «»El Espadañal» supone un sitio idóneo para nosotros ya que está a unos diez minutos de la ciudad y en un entorno privilegiado», confirma Tobaja.
Las tres integrantes de este colectivo valoran de forma muy positiva que el recurso residencial se haya ubicado en la capital autonómica. Para Tobaja, además de ser uno de los principales nudos de comunicación de la región, se trata del primer espacio de estas características de toda Extremadura. A su entender, se trata de un importante novedad y de dar respuesta a una demanda que cada día va en aumento. «Mucha gente no es consciente de los problemas que los jóvenes están teniendo con las drogas», señala.
Para Sanromán, la región y la localidad necesitaban de este recurso, implantado en muy pocas ciudades españolas.