Muy poco después de ser elegido, el nuevo alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, propuso prohibir fumar en todos los bares, restaurantes, oficinas y centros recreativos neoyorquinos, como medida para mejorar la salud de los habitantes de la ciudad. «Estoy orgulloso de que la ciudad de Nueva York lidere la lucha contra el reto sanitario más peligroso que enfrentan los neoyorquinos y todos los norteamericanos: las devastadoras consecuencias del tabaco», afirmó entonces.

Es sólo un ejemplo de las muchas iniciativas que, en todo Occidente, se están llevando a cabo desde hace unos años para estrechar el cerco a los fumadores. La última se dio a conocer en Suecia la semana pasada: el Gobierno de Estocolmo anunció que, a partir del 1 de junio de 2005, estará prohibido fumar en restaurantes, cafeterías y clubes nocturnos.

En la UE, la Comisión Europea, que estudia prohibir fumar en bares, pubs y restaurantes, ya admitió la dificultad de proponer una directiva única antes de 2004 por la disparidad de políticas de control del tabaco en los países de la Unión.

Locales de ocio

Seis países de la UE restringen fumar en sus bares, restaurantes y pubs, mientras que sólo uno, Irlanda, prohibirá totalmente esta práctica a partir del 1 de enero de 2004:

Bélgica, Finlandia, Francia, Grecia, Suecia e Italia prevén restricciones parciales en estos locales, aunque en el caso italiano la limitación afecta sólo a los restaurantes, según el informe 2003 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los perfiles europeos en el control del tabaco.

En Austria, Alemania, Dinamarca, España, Holanda y Luxemburgo no existe una legislación específica que limite fumar en estos lugares de ocio.

En Portugal y el Reino Unido son estos establecimientos públicos los que acuerdan con las autoridades si restringen el consumo del tabaco.

Lugares públicos

Irlanda y Francia. A pesar de que Irlanda se convertirá en 2004 en el primer país europeo que prohíba fumar en bares, pubs y restaurantes, este país no impide consumir tabaco en las instalaciones sanitarias, educativas y gubernamentales ni tampoco en las oficinas, aunque, como Francia, prevé restricciones parciales.

Alemania, Austria, Francia, Dinamarca y el Reino Unido tampoco cuentan con una prohibición legal de fumar en dichos establecimientos.

España prohíbe fumar en las instalaciones sanitarias y educativas, así como en teatros y cines. En cuanto al transporte público, en España se prohíbe totalmente fumar en los autobuses y en los vuelos nacionales, aunque cuenta con restricciones parciales para los vuelos internacionales, trayectos en taxi, tren y barco.

Finlandia es el país de la UE más rígido, ya que prohíbe fumar en todos estos medios de transporte, seguido por Suecia y Holanda, que restringen fumar parcialmente en los viajes marítimos internacionales y en los taxis, respectivamente.

Nada de «light»

En España, y desde el pasado mes de octubre, un real decreto prohíbe «la utilización de textos, marcas e imágenes u otros signos que den la impresión de que un determinado producto del tabaco es menos nocivo que otro» (es decir, el uso de términos como light). Además, cada cajetilla debe incluir mensajes como «fumar puede matar». Las tabaqueras que contravengan esta norma se exponen a multas de hasta 60.000 euros.