Tegucigalpa. Las cifras son claras, 35 de cada 100 hondureños fuman cigarrillos y como secuela al Estado le cuesta anualmente 150 millones de lempiras tratar enfermedades relacionadas a ese consumo, además de las muertes y desintegraciones familiares que ocurren por su causa.

El consumo en Honduras va en ascenso y sólo los pobres gastan un 20 por ciento de su ingreso en tabaco; eso preocupa a las autoridades porque ello produce más enfermedades y conflictos sociales.

Sin embargo, el Congreso Nacional ratificó el Convenio de lucha contra el Tabaquismo, que implica reducir el consumo en un uno por ciento al año, es decir, en 20 años sólo el 15 por ciento de la población deberá estar fumando.

El convenio, establece como métodos para reducir el consumo, eliminar todo tipo de publicidad a partir de los próximos cinco años, crear los espacios libres de consumo de tabaco en lugares de concentración de personas, aumentar el doble de impuestos sobre venta, y el cambio de ese cultivo por otros alternativos para los productores.

LA NUEVA LEY

Según el director del Instituto Hondureño contra la Adicción a la Drogadicción y la Fármaco dependencia, Ihadfa, Raúl Batres, la ratificación del convenio de parte del Congreso fue una decisión brillante y sólo se espera su publicación en La Gaceta para que a partir del 28 de febrero del 2005 se convierta en ley, pues a partir de ese momento habrá cinco años para erradicar la promoción y publicidad del tabaco.

A partir de esa fecha también se iniciará la instalación de un etiquetado en las cajetillas y anuncios que realmente ilustren a la gente sobre los daños que causa el tabaco y se buscará impedir que en los lugares públicos cerrados se fume libremente. Además se iniciará el proceso para modificar vía impuestos el costo de la cajetilla de cigarrillos y hacerlo menos accesible a la gente pobre.

“La idea es reducir en un uno por ciento anual el consumo de cigarrillos”, confirmó, explicando que el convenio tiene cuatro grandes aspectos; el primero de ellos prohíbe desde cinco años después de su entrada en vigencia todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio de los productos del tabaco, o sea que no puede haber ningún anuncio o patrocinio que lleve implícito el mensaje de publicitar marcas o productos del tabaco.

El segundo componente es el de los impuestos y la propuesta del convenio es que los países decreten un incremento a los impuestos al producto para que se cumplan dos metas, la primera hacer que los niños, jóvenes y los más pobres tengan menos acceso a la cajetilla de cigarrillo y número dos que el Estado capte más recursos del tabaco y diseñar más programas de prevención.

Dejó claro que entre más pobre es un país más accesible es el cigarrillo, sobre todo si se compara con los recursos de los alimentos. En Honduras la cajetilla cuesta menos de un dólar, mientras en países desarrollados el costo es más significativo.

En la actualidad se paga entre un 30 y un 35 por ciento de impuestos sobre ventas del valor de la cajetilla, la propuesta es de elevarlo de 70 al 75 por ciento. Eso significa que si la cajetilla cuesta 20 lempiras subirá a 30 ó 35 lempiras.

Los estudios han demostrado que al incrementar en un 10 por ciento el precio de la cajetilla se reduce en un dos por ciento el consumo de tabaco en jóvenes y aumenta la captación de impuestos.

ZONAS DE FUMADORES

El tercer elemento del convenio es la creación de espacios libres de humo de tabaco que es uno de los más importantes que implica la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados.

Se prohibirá fumar en edificios públicos, oficinas públicas, centros educativos, privados, restaurantes, cafeterías, bares, aeropuertos y en alcaldías.

En cuanto al cuarto elemento del convenio, que es el etiquetado, se pretende uno más agresivo que no se limite a un pequeño cintillo con la advertencia en la parte inferior de la cajetilla, sino un etiquetado con foto y mensajes rotatorios más claros, grandes y directos, con un 30 a 50 por ciento de la cajetilla que advierta que es malo fumar.

“El convenio surge a propuesta de la Organización Mundial de la Salud, OMS, ante el inevitable crecimiento del tabaquismo a nivel mundial que año tras año mata a cinco millones de personas en la tierra. Las mayores experiencias se tuvieron es California y Nueva York, en Estados Unidos, en donde se aplicaron medidas importantes que disminuyeron el número de fumadores”.

El acuerdo fue firmado por 168 países de la tierra, de América sólo Colombia y la República Dominicana no lo firmaron. La siguiente etapa es la ratificación y Honduras es el país 42, y con 40 que lo ratificaran se pondría en ejecución.

CONTROL

El Convenio no prohíbe la venta, permite seguir operando como hasta ahora pero controla la publicidad, creando un fondo mundial voluntario a través del cual países con economías más fuertes generan recursos financieros que deben ser utilizandos por países con economía en transición.

“A países pobres como el nuestro les permitirá a los cultivadores del tabaco hacer ese traslape que puede durar muchos años. Significa que los cultivadores del tabaco deberán buscar producir cultivos alternativos”.

“La importancia de ser parte del convenio es que independientemente que Honduras forme o no parte del mismo cada día será difícil colocar tabaco en el mercado mundial porque cada día se fuma menos porque se conocen más las 53 enfermedades que causa, mucha de ellas mortales”, dijo.

Con ese antecedente, cada día será más difícil colocar tabaco en el mundo y es mejor enfrentarla dentro del convenio, a través del fondo mundial voluntario, encontrando asistencia técnica y ayuda financiera para procesos de transición agroindustriales viables.

El funcionario dijo desconocer cuántos empleados dependen de la industria tabacalera pero con tan tecnología es poca la manufactura, tal vez menos de mil trabajadores.

Según un estudio del Banco Mundial, indicó Batres, es más el daño a la salud que causa el tabaco y más el impacto en el costo hospitalario que el beneficio que eso representa para las economías de los países.

En cifras, indicó que el Estado percibe 800 millones de lempiras al año por concepto de impuestos a la producción que provocan adicciones, que incluye bebidas alcohólicas, tabaco y juegos de azar. Sólo el tabaco paga unos 300 millones de lempiras en impuestos sobre ventas.

Pero esa cifra se reduce en el momento en que para tratar las consecuencias hospitalarias del tabaco, Honduras se gasta 150 millones de lempiras, esto sin contar lo no tangible como la pérdida de vidas, desintegración familiar, daño a la fuerza laboral, que una familia pierda al padre por el tabaco, eso no se mide como la disminución de capacidad respiratoria, merma para desarrollar deporte, tratamiento a la impotencia sexual, con costo social y económico elevado.

“Se cuantifica el valor con el costo del tratamiento por cáncer de pulmón, tratamiento para enfermedades como enfisema pulmonar, cardiopatías más importantes causas de muerte asociadas al tabaco, manejo de pacientes en unidades de cuidados intensivos, y otros gastos producto del impacto del tabaco”.

ALARMANTE

El galeno indicó que el 35 por ciento de la población hondureña actualmente fuma y preocupa que disminuye las edades en el inicio del fumado; hace 10 años el inicio era de 14 años y ahora el promedio de inicio es de 8 a 10 y se detecta a niños de siete años fumando.

“La población que más fuma es la joven, los adultos dejan de fumar o se van muriendo, los jóvenes fuman más, la población de 12 a 15 años fuma más que los de 15 a 20 años”.

“El tabaco es una droga, el impacto se siente más en estos grupos en términos sociales porque el porcentaje de sus ingresos destinados a la compra del tabaco anda por el 20 por ciento, es decir dejar de comprar necesidades básicas de la familia para utilizarlos en los cigarrillos y por eso el impacto en los pobres es mucho mayor que en los ricos”.

El tabaco es la puerta de entrada a otras drogas, ninguna otra persona que utiliza marihuana, crack, cocaína u otra droga entró directamente, empezaron con cigarrillos a temprana edad, casi todos inducidos por la publicidad, muchos continuaron con alcohol y otras drogas.

“Estudios indican que la persona que fuma corre el riesgo siete veces más de utilizar drogas ilícitas que una persona que no fuma. En Honduras se consumen 300 millones de cajetillas de 20 cigarrillos al año, que son 6 mil millones de cigarrillos al año, esos 300 millones por 15 lempiras por cajetilla hablamos de unos 4,500 millones de lempiras al año”.

“La mitad de los fumadores morirán por una causa asociada al tabaco y la otra mitad tendrá una calidad de vida muy mala, impotencia sexual, enfermedades cardiacas, enfermedades circulatorias, enfermedades respiratorias, efectos sobre el feto, sobre la capacidad reproductiva de la mujer, cánceres que generan mortalidad y otros males”, advirtió.

BENEFICIOS

Odessa Henríquez, presidenta del Colegio Médico Hondureño, dijo que a partir de febrero se empezará a discutir los protocolos para el control del tabaco y el tipo de ayuda que recibirán los países ratificantes, así como los beneficios técnicos, económicos y de investigación en la lucha contra el tabaco.

Indicó para el gobierno lo importante es que el tratado marco del control del tabaco será beneficioso por cuanto propone elevar los precios de las cajetillas de los cigarrillos, es una forma de obtener más ingresos del gobierno y dejar de gravar otros insumos como combustibles y la canasta básica.

Aproximadamente un 14 por ciento de niños de 10 a 12 años probaron un cigarrillo, en cuatro años más serán fumadores compulsivos; a nivel de adultos un 38 por ciento de la población fuma, su impacto es complicado porque el tabaco trae pobreza, daña la salud.

Además se establece que la principal causa de incendios forestales ocurre por colillas de cigarrillos. El mayor mercado en Latinoamérica son niños, mujeres y adolescentes.

L 1,400 MENSUALES CUESTA DEJAR DE FUMAR

Tegucigalpa. El director del Ihadfa, Raúl Batres, indicó que la rehabilitación del fumador es algo que requiere voluntad porque es adicto a una droga poderosísima y requiere tratamiento que existe, pero que es caro.

El convenio para erradicar el consumo del tabaco plantea la posibilidad de desarrollar la industria genérica de estos medicamentos para abaratar costos y que sea más accesible. “El éxito terapéutico es importante, el porcentaje es importante pero no absoluto, dejar la adicción a la nicotina es una de las cosas más difíciles que conoce la medicina, es tan adictivo como la heroína”, dijo.

Comparó que una caja de medicamentos para dejar de fumar cuesta unos 1,400 lempiras mensuales, la cajita de cigarrillos de 20 unidades cuesta 15 lempiras, si al día se fuma tres cajetillas en 30 días serían 1,300 lempiras, entonces un fumador podría destinar esos recursos para tratarse pero como es tan adictivo que no lo puede hacer.

“Tenemos clínica para dejar de fumar y estamos regalando el tratamiento, se utiliza terapia grupal y medicamentoso para dejar de fumar. Los éxitos terapéuticos son limitados, dejar de fumar es difícil, decirle lo contrario es mentir y por eso lo mejor es la prevención”, confió.

L.4,500 MÁS CUESTA UN PACIENTE FUMADOR

Tegucigalpa. El ministro de Salud, Elías Lizardo, indicó que para la firma del Convenio se trabajó con sectores como el productor de tabaco, la industria y el comercio, la agricultura, la Secretaría de Finanzas y prevaleció el criterio de que el bien colectivo del país es más importante que los beneficios económicos de unos pocos.

“La iniciativa establece parámetros para que no crezca el consumo del producto y luego da lineamientos para reducir la demanda del producto a nivel mundial, donde hay intenciones de cooperantes para establecer alternativas económicas que mitiguen el efecto cuando cambie la industria del tabaco por otro medio productivo”. Y es que el ministro está claro que el costo que una persona dependiente del tabaco genera erogaciones al sistema sanitario de 4,500 lempiras más que una persona no fumadora.

Es una carga adicional al sistema y las atenciones de la Secretaría se realizan en el Tórax, donde se gastan unos 200 millones de lempiras al año en recuperaciones.

No se eliminará por completo el uso del tabaco pues el origen está en la cultura maya, pero se confía que con las medidas se tendrá un impacto en reducir el consumo. Se pretende de inicio regresar a los niveles de consumo de los noventa que era de un 20 por ciento.