El coordinador del área de Drogas Sintéticas en el Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías (OEDT), Alain Wallon, afirmó hoy que el fenómeno de sobreproducción de cocaína invade ahora los mercados de Europa y América Latina, después de sobresaturar el de Estados Unidos, el principal consumidor de este alcaloide. Asimismo, constató que el viejo continente se convirtió en exportador de drogas sintéticas, según reveló en una entrevista publicada hoy por el diario mexicano «El Financiero».
El experto europeo, que participa en la reunión de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), que se desarrolla estos días en la capital mexicana, señaló que Europa es «hoy como la Colombia de las drogas sintéticas, porque también las exportamos». «Por primera vez en la historia reciente, Europa está en la misma posición, y con la responsabilidad compartida, con Asia y América Latina, como fuente de origen de sustancias ilícitas», afirmó.
Wallon expuso que la fácil elaboración de las drogas sintéticas dificulta su intercepción por parte de las autoridades. «Con la instalación de laboratorios que pueden producir en una hora hasta tres millones de pastillas que parecerían simples aspirinas, la droga ya no anda viajando miles de kilómetros que implican, precios agregados de traslado, ya no corre tantos riesgos como si fuera la heroína elaborada con el opio de Afganistán llegando a las calles de Madrid o de Bruselas, ni la cocaína que viene de la hoja de la coca que se cosecha en los países andinos», expuso.
En este sentido, Wallon abundó que en el Reino Unido se consumen semanalmente entre 1,5 y 1,8 millones de pastillas de «éxtasis». España, Francia, Bélgica, Holanda, Italia y Suecia siguen en la lista a los ingleses. Además señaló que «buena parte de esa producción ya se exporta a EEUU, Australia y algunos países latinoamericanos».
El experto explicó que a partir de los años noventa, en los países europeos se incrementó el «mercado recreativo» de las drogas sintéticas, que «se consumen como una forma de integración al grupo, como una moda, un complemento de la diversión». Por si fuera poco, estas sustancias son muy fáciles de vender en una Europa donde entre el 1 y el 3 por ciento de la población se considera consumidora, porcentaje que se eleva hasta el 6 por ciento si la encuesta se realiza en una discoteca.
Asimismo, Wallon añadió otro factor al panorama del consumo de estupefacientes en Europa: China y los antiguos países ex comunistas produce una enorme cantidad de precursores químicos, además de que en algunos países de la Europa occidental, como Alemania y Suiza, se desvían sustancias farmacéuticas hacia el mercado clandestino de las drogas sintéticas.
SATURACION DEL MERCADO NORTEAMERICANO
Asimismo, la oferta de cocaína ha supera a la demanda del principal consumidor internacional: EEUU. Se supone que anualmente Sudamérica produce unas 1.000 toneladas de este alcaloide, de las que EEUU recibiría casi la mitad, unas 400 toneladas; mientras que al mercado europeo se dirigirían casi 200 toneladas y el resto se consumiría en el propio continente latinoamericano.
En este sentido, el experto europeo señaló que ahora que México tiene la presidencia del CICAD puede ser «importante (…) reequilibrar a la Comisión y darle más peso específico a las experiencias y los intereses de cada país de la región», en lugar de seguir únicamente las pautas marcadas por el Gobierno de EEUU.
MEXICO QUINTUPLICA SU CONSUMO DE COCAINA
Según la última encuesta del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic) mexicano, el país ha quintuplicado su consumo de cocaína en los últimos diez años. En 1991 sólo en 1 por ciento de la población era consumidora habitual, mientras que en el 2000 esta cifra se elevaba a un 5,2 por ciento.
El Conacid confirmó que el incremento del consumo estuvo directamente relacionado con el aumento en la disponibilidad de la sustancia. Además la institución expuso que el primer contacto con la cocaína se redujo, por lo que menores de hasta diez años tienen fácil acceso a la misma, sobre todo en sectores de población con escasos recursos, dado que el precio también disminuyó.
México fue tradicionalmente lugar de paso del tráfico internacional de estupefacientes, provenientes principalmente de Colombia. En ese contexto y ante la presión que ejercía la Administración norteamericana con el proceso de certificación antidrogas (suspendido a penas hace un mes), el Gobierno mexicano se escudaba señalando que el problema lo generaban los consumidores norteamericanos.