En los últimos años, distintas drogas antes asociadas únicamente a un uso recreativo han mostrado su potencial para tratar problemas graves de salud mental, como la depresión. La ketamina es un ejemplo de ello. Numerosos estudios han demostrado sus efectos positivos en casos de depresión severa y derivados de la sustancia ya se emplean en las unidades de psiquiatría.
Generalmente, la administración de este fármaco se realiza vía intravenosa o a través de un espray nasal. Pero también la vía oral podría ser pronto una alternativa, a juzgar por los resultados de una investigación en fase 2 que señala que la formulación en pastillas de la ketamina es eficaz, segura y bien tolerada en pacientes con depresión resistente a otros fármacos. En comparación con otras presentaciones, la administración oral reduce los efectos adversos asociados al fármaco, como disociación mental o taquicardia. Los resultados del trabajo se publican en el último número de Nature Medicine.
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