Moya, que asistió hoy ayer al consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Roberto Sabrido, a los actos que organiza anualmente la Asociación de Ayuda al Drogodependiente «Sagrada Familia», indicó que estos consumidores «necesitan infraestructuras como ésta donde se pueden atender las nuevas demandas».

Carmen Moya también subrayó la importancia de que los tratamientos contemplen actividades preventivas, de rehabilitación y de reinserción social y laboral.

Por su parte, el consejero de Sanidad aseguró que todos los drogodependientes que soliciten una plaza en una comunidad terapéutica de la región tiene garantizada esa atención, por la que el Gobierno regional aporta 901 euros por paciente al mes.

Indicó que el nuevo Plan de Drogodependencia de Castilla La Mancha 2006-2010 aumenta en un 40 por ciento su presupuesto, que asciende a 71 millones de euros, y destacó que gracias a este programa se ha atendido a 2.700 personas desde 1996.

Sabrido explicó que en Castilla La Mancha funcionan trece asociaciones como Sagrada Familia con las que el Gobierno regional colabora con unos 300.000 euros, «en función de los programas».

El responsable de la Asociación Sagrada Familia, Alejandro Márquez, indicó que en estos momentos, el nuevo edificio de la entidad, llamado «Betania», que comenzó a funcionar el pasado 24 de marzo, alberga a 24 chavales que participarán en los distintos programas, como el de cocaína y el de desintoxicación de fines de semana.

Márquez señaló que se ha puesto en marcha el nuevo programa para madres con hijos, que ya funciona en Guadalajara, y dijo que esta misma semana ingresará la primera madre.

El responsable de Betania indicó que la asociación trata a un total de 80 personas entre los ingresados, los que asisten a tratamiento ambulatorio y los que se encuentran en fase de inserción.

Subrayó que la entidad trabaja especialmente para conseguir la inserción laboral de los jóvenes e indicó que el perfil del drogodependiente que atienden es el de un joven de clase media o alta y de nivel cultural medio o alto, que consume cocaína o es policonsumidor de alcohol y pastillas, mientras que el consumo de heroína ha descendido.