La declaración ministerial adoptada por la Comisión señala: «Estamos gravemente preocupados por las políticas y actividades a favor de la legalización de los estupefacientes y sustancias psicotrópicas ilícitas que no están de acuerdo con las disposiciones de los tratados internacionales».

«Si los ministros se van de esta reunión y cumplen con lo que han prometido, entonces ha sido un éxito», dijo el jefe de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito, el italiano Antonio María Costa.

El documento aprobado reafirma la vía emprendida hace un quinquenio, «en el sentido de que el problema mundial de las drogas es una responsabilidad común y compartida que exige un planteamiento integral y equilibrado».

Costa dijo que «hay que mantener la lucha contra las drogas. Hay que luchar y luchar lo más que se pueda, porque enfermedades infecciosas como el SIDA se están esparciendo por todo el mundo a causa de las drogas».

Las drogas sintéticas, así como el cannabis, son las que más preocupan a Costa, ya que «están penetrando en nuestras sociedades y sus costumbres». La declaración exhorta a los Estados a «extremar los esfuerzos para eliminar o reducir los cultivos ilícitos y evitar que estos desaparezcan o se desplacen a otras regiones.

Cumbre alternativa

Paralelamente a la Conferencia de Estupefacientes de la ONU una red de ONG se reunieron para denunciar que el sistema de Naciones Unidas para fiscalizar las drogas «está en crisis». Según afirmó Sociedad Civil, la plataforma que reúne la ONG contra la prohibición de las drogas, «la lucha que hace la ONU no ha logrado frenar el aumento del consumo y de muertes derivadas, y ha evitado que los estados experimenten y desarrollen una política más efectiva».

Por su parte, el Secretario General Honorario de la Organización Internacional de la Policía de lo Criminal, el británico Raymond Kendall, aseguró que los organismos de la ONU sobre drogas bloquean a los países interesados en políticas nuevas y más efectivas. En su opinión, los trataos aprobados en el marco de la ONU y actualmente en vigor son un obstáculo para despenalizar la posesión de un adulto de droga para su consumo, meta a la que quieren llegar varios países europeos. «Ya llevo oyendo durante 25 años lo que se ha dicho en la Comisión de Estupefaciones. Nada ha cambiado y nada ha avanzado en el sistema de Naciones Unidas», subrayó Kendall, que recordó que las ONG querían que su foro complementara al de la Comisión.