Nora Volkow, directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas de Estados Unidos, ha recibido en Córdoba el VI Premio de la Fundación Castilla del Pino por su investigación sobre los cambios que las drogas producen en el cerebro humano y que llevan a la pérdida del control por parte del adicto.

Los estudios que lleva a cabo desde 1984 han probado que las personas adictas sufren una disminución funcional del sistema dopaminérgico que se asocia con una interrupción funcional de las regiones frontales del cerebro responsables de la motivación y el deseo.

Volkow, pionera en el uso del diagnóstico por imagen para investigar los cambios neuroquímicos que provoca la drogadicción, ha utilizado la PET para concluir que «independientemente del tipo de droga (alcohol, cocaína, heroína…) su ingesta tiene características comunes, como producir desajustes en el sistema dopaminérgico, que es el que regula las funciones de las áreas del cerebro responsables de motivar la conducta humana».

Menor respuesta

A medida que aumenta la sensibilidad del enfermo a los efectos de las drogas, disminuye su nivel de respuesta a los estímulos medioambientales: menor motivación social, laboral y de respuesta ante los castigos. Es decir, «el sistema dopaminérgico se vuelve monolítico y son las drogas las que motivan la conducta».

Asimismo, los estudios de Nora Volkow con la PET han dejado patente que cuando las drogas desajustan un sistema cuya misión es regular, también se producen disfunciones en las áreas de la corteza frontal del cerebro que tienen la facultad de cambiar el valor de los estímulos en función del contexto y las circunstancias.

«La corteza frontal pierde su habilidad para adaptarse a los cambios medioambientales que motivan la conducta».

En teoría, las investigaciones de Nora Volkow, protagonista del VI Simposio de la Fundación Castilla del Pino titulado Adicción a las drogas, ¿adaptación o toxicidad neuronal?, podrían servir en un futuro para buscar tratamientos farmacológicos que pudieran contrarrestar los cambios del sistema dopaminérgico o de la corteza frontal, línea, esta última, en la que sí se está trabajando.

«Las esperanzas del desarrollo de medicamentos contra la adicción a las drogas están depositadas en las actuales investigaciones sobre el reajuste de las disfunciones de la corteza cerebral. Se está experimentando con estimuladores excitatorios -glutamatérgicos-, con buenos resultados en animales, y con drogas con efectos gabaérgicos».

No obstante, la experta ha recordado que «no hay que olvidar que los cambios en la corteza frontal provocan, a su vez, en las personas cambios en la pérdida del control, que requieren tratamientos conductuales de psicoterapia que deben reforzar la acción de los posibles medicamentos».