La Policía Local de Logroño seguirá estrechando el cerco a quienes cogen el coche bajo los efectos del alcohol. La Dirección General de Tráfico ha cedido al Ayuntamiento un nuevo vehículo dotado de etilómetro para la realización de pruebas de alcoholemia tanto en controles preventivos como en atestados de accidentes de circulación gracias a un convenio de colaboración entre administraciones puesto en marcha en octubre del 2008.

Ya entonces, la renovación del desfasado equipo de alcoholemias supuso un antes y un después en la lucha contra la «conducción ebria» en la capital riojana, un problema creciente en el casco urbano logroñés reflejado en que nueve de cada diez conductores «cazados» en infracciones dan positivo por alcohol.

Los datos relativos al 2009 no dejan lugar a dudas: la Policía Local realizó un total de 989 pruebas resultando positivas 582, lo que supone un 58,85%… un 17% más que en el año anterior.

El Ayuntamiento de Logroño, consciente del problema, ya ha anunciado que no piensa bajar la guardia. «Hay probablemente más laxitud para coger el coche en la ciudad que en la carretera», denunció ayer el alcalde, Tomás Santos, en compañía del delegado del Gobierno en La Rioja, José Antonio Ulecia, y el jefe provincial de Tráfico, José Joaquín Pérez Micolau.

Pese a ello, Pérez Micolau, quien informó de que durante la pasada Semana Santa se realizaron 1.700 test de alcoholemia con 31 positivos (1,82%), precisó que el número de casos que superan los límites permitidos en los controles realizados en vías interurbanas se ha reducido en los últimos años de manera satisfactoria.

Así, y para ilustrar tal tendencia, si en el 2009 se realizaron 48.000 pruebas de las que 874 dieron positivo (1,82%), en el año 2000 el porcentaje era nada menos que del 6,15%.

«Y la tasa sigue descendiendo», adelantó el jefe provincial de Tráfico, quien dijo que a 28 de febrero se habían realizado 6.600 pruebas con un porcentaje de alcoholismo del 1,73 (114 casos).