De ahora en adelante, abrir una cajetilla de tabaco significará, invariablemente, echarle un ojo a un aviso que cubrirá el 40% de la superficie de la cajetilla. Fumar mata, advierte el propio paquete. No vale darle la vuelta. Del otro lado otra frase, que esta vez cubre casi un tercio de la cajetilla, lanza mensajes como «fumar provoca cáncer mortal de pulmón».

Es el nuevo etiquetado -aprobado por el Consejo de Ministros en octubre del año pasado- que pretende frenar el consumo de tabaco, un fenómeno que produce 53.000 muertes al año (seis cada hora), según los datos de la Ministra de Sanidad, la gallega Ana Pastor. Los renovados diseños incluyen una primera advertencia, que cubre el 40% de la cajetilla, y una adicional que se extiende sobre una tercera parte.

Las primeras oscilarán entre el mencionado fumar mata y fumar puede matar o fumar perjudica gravemente su salud y la de los que están a su alrededor.

La segunda cara incluirá mensajes como fumar puede reducir el flujo sanguíneo y provoca impotencia o fumar puede ser causa de una muerte lenta y dolorosa, entre otra decena larga de avisos.

Por ahora, a los estancos sólo ha llegado la avanzadilla, un par de marcas que ya incluyen las advertencias.

Tras los mostradores, sin embargo, no se teme que la nueva medida vaya a perjudicar las ventas.

«Las de puros vienen con avisos enormes y los siguen comprando. La gente se acostumbrará a verlo y terminará por no hacerle ni caso, pero igual me equivoco», predice Gloria Suárez, que atiende desde hace 35 años un estanco en la calle San Andrés, en La Coruña. «Nadie se ha fijado mucho. Sólo una cliente habitual, que dijo que más que un aviso le parecía una esquela», comenta Suárez.

En este sentido, la ministra Ana Pastor señaló ayer que la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias,, está analizando la eficacia de diferentes terapias de deshabituación del tabaco, a fin de decidir sobre su posible financiación pública.