Los españoles de entre 15 y 65 años sitúan al cannabis en el último puesto de peligrosidad de las drogas, detrás del alcohol y del tabaco, por lo que se está produciendo un proceso de normalización del consumo de dicha sustancia; mientras que la heroína está considerada como la «más amenazadora».
Además, la mitad de la población es partidaria de posturas permisivas en relación con el consumo de cannabis, opinión que ya predominaba entre los más jóvenes, según los resultados de una encuesta, realizada por la Fundación Ayuda contra la Drogadicción (FAD) en colaboración con la Obra Social Caja Madrid, presentada hoy en Madrid.
Según la investigación «La percepción social de los problemas de drogas en España. 2004»–realizada mediante 1.700 entrevistas– el 36 por ciento de los españoles propone la legalización del cannabis como una de las medidas para hacer frente a los problemas de consumo, y el 21 por ciento piensa que es muy importante legalizar todas las drogas. No obstante, dos de cada tres españoles defiende leyes estrictas contra estas sustancias y el 73 por ciento exige la necesidad de incrementar el control policial.
En este sentido, la delegada del Gobierno del Plan Nacional sobre Drogas, dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo, Carmen Moya, aseguró que «en ningún caso se va a legalizar el cannabis para su uso recreativo». Otra cosa es la posibilidad de autorizar el uso de dicha sustancia con fines terapéuticos, tras estar suficientemente avalado con ensayos clínicos, y haya demostrado que tiene efectos beneficiosos para determinados pacientes, según la experta, quien indicó que en cualquier caso es la Dirección General de Farmacia la que tiene que aprobar los proyectos planteados con el uso de este producto como el de la Generalitat de Cataluña.
Además, la encuesta revela que la cocaína supone una preocupación relativa en la medida que se mantiene una imagen de droga elitista y cara; el éxtasis irrumpe como paradigma de droga para jóvenes, accesible, barata y tentadora; mientras que el cannabis sólo suscita inquietud al considerarse como una droga de iniciación.
Según el estudio, sólo el 44 por ciento de la población no encuentra ningún beneficio en el consumo de drogas; la mitad de los consumidores lo hace por afán de diversión y curiosidad y las razones de malestar personal ya no se tienen muy en cuenta. Se puede observar una tendencia al debilitamiento de la visión de los riesgos de las drogas, incluso a su banalización.
Además, la investigación revela que existe un discurso paradójico entre una apelación a tener que estar alarmado y una despreocupación por los consumos de las drogas. Asimismo, el 20 por ciento de los encuestados defiende que las drogas son algo a probar y que deben formar parte de la experiencia cotidiana.
TIPOLOGÍA DE LAS POSICIONES Por otra parte, el estudio diferencia entre cinco tipos de actitudes ante las drogas, siendo la más común la «totalizadora contra la droga» (26 por ciento de la población) que rechaza la convivencia con las sustancias ilegales, aunque se despreocupa por los efectos de las legales.
Las otras son la «permisiva experimentadora» (25 por ciento) que se muestra a favor de las drogas y de su legalización; una visión «normativista pragmática» (25 por ciento) partidaria de medidas más restrictivas y piensa que pueden evitarse muchos problemas; «catastrofista» (18 por ciento) a favor de medidas más prohibitivas y «trivializadora» (3 por ciento) que considera a las drogas como otros producto cualquiera, que no tiene peligro.
Según la investigación, el 66 por ciento de los padres y madres encuestados afirmó que su posición respecto a las drogas cambió de forma significativa en el momento en el que tuvieron hijos, y un 43 por ciento considera que hay muchas posibilidades de que sus hijos lleguen a consumir. Además, este grupo siente que no puede hacer nada ante presiones ajenas más poderosas que su propia influencia y delega la tarea de actuar a otras instituciones.
AUMENTO DE PATOLOGÍAS DUALES Por su parte, el director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Ignacio Calderón, aseguró que «se está en un momento de máxima dificultad más por la visión de banalización del riesgo del consumo de drogas, y por la mayor permisibilidad de la sociedad, que por la realidad». Además, manifestó su preocupación debido a los consumos cada vez más tempranos entre los jóvenes, que empiezan a tomar drogas a los 13 años.
En este sentido, Calderón insistió en la necesidad de redoblar los esfuerzos, en colaboración con otro tipo de instituciones para prevenir el consumo de drogas y evitar la excesiva «tolerancia».
Asimismo, advirtió que se está observando en la actualidad un aumento de patologías duales, esquizofrenias, y otras demencias que, probablemente estén relacionadas con el consumo de drogas. En este sentido, los expertos temes que existe un efecto aún desconocido del consumo de drogas que afecte a las neuronas generando otro tipo de patologías a medio plazo.
Finalmente, la delegada del Gobierno del Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, manifestó su preocupación por la «débil percepción del riesgo del consumo de drogas entre los jóvenes» e indicó su intención de aumentar las actuaciones para evitar esta situación. No obstante, precisó que ha aumentado la percepción del riesgo del tabaco, gracias a las políticas prohibitivas, formativas y prohibicionistas.