En los últimos años, el uso de hipnosedantes y opioides ha escalado hasta alcanzar prevalencias del 9,7% y 4%, respectivamente, pero hay un grupo donde ha subido mucho más: las mujeres de más de 35 años, nacidas en España y sin estudios superiores son el perfil del consumidor en nuestro país.

Las mujeres viven más años, pero con peor calidad, y a menudo asisten a una medicalización de sus síntomas por la que los hombres no pasan; la salud mental es el ámbito donde más profundas son las desigualdades de género en la salud, tal y como se ha puesto de manifiesto en la XLII Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología celebrada estos días en Cádiz.

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