Se trata de la anandamida, una sustancia que tiene propiedades similares al THC, que es un principio activo de la marihuana. Ayuda a la regulación cardiovascular y actúa como relajante por sus efectos calmantes, similares a los que produce el cannabis. Es estudiada por investigadores del Conicet por su utilidad para tratar afecciones cardíacas. La anandamida, que en sánscrito significa «portador de paz y felicidad interna», además de estar en el cerebro existe en el chocolate.

La sensación de «paz y felicidad» que muchas personas aseguran encontrar con la marihuana también está presente en aquellos seres humanos que no consumen la polémica hierba. Según estudios científicos, el cuerpo produce anandamida, una sustancia que tiene propiedades similares al principio activo de la marihuana.

La anandamida, que en sánscrito significa «portador de paz y felicidad interna», contiene el THC o delta 9 tetrahidrocannabinol, que es un principio activo del cannabis, según explicó Edda Adler, investigadora superior del Conicet y titular del Instituto de Investigaciones Farmacológicas (ININFA) de la facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.

«Estos endocanabinoides son como la marihuana, pero fabricada en nuestro cuerpo, y ayudan a la regulación cardiovascular, además de aplacar el sistema nervioso cuando hay un aumento de la actividad nerviosa», dijo la científica, que se dedica al estudio de la anandamida por su utilidad para tratar afecciones cardíacas.

Adler, quien aclaró que está en contra de la legalización de la marihuana por considerarla la puerta de entrada al consumo de otras drogas, explicó el funcionamiento de esta sustancia natural que ingresa en la categoría de marihuana endógena.

«Hace pocos años se descubrió que el organismo tiene sitios receptores específicos, los receptores canabinoides, a los que se une la marihuana cuando se fuma, y también se empezó a conocer que el organismo era capaz de fabricar una sustancia llamada anandamida, que se une a esos mismos recibidores», precisó.

De estructura grasa, la anandamida es fabricada por el cuerpo a partir de lípidos de la membrana celular respondiendo a la demanda de, por ejemplo, la actividad nerviosa, por sus efectos calmantes y tranquilizantes similares a los del cannabis. Una de las propiedades más importantes de los endocanabinoides es regular la presión arterial cuando hay un aumento, ya que la anandamida tiene un mayor efecto relajante y compensa las fallas de los otros mecanismos de regulación.
«Eso es uno de los efectos buenos. Pero también hay malos: cuando hay una patología como el shock séptico, que pone al paciente al borde de la muerte, los efectos de los endocanabinoides también están sobreexpresados», aclaró la especialista.

Respecto a si es posible manipular ese sistema, la científica aseguró que hay una droga en el mercado que es un bloqueante de receptores canabinoides y que se utiliza para tratar de reducir el apetito. «Para mí, bloquear un sistema que está relacionado con las vías de placer del cuerpo es medio peligroso, de hecho, uno de los efectos colaterales es la depresión. De alguna manera, la acción de los canabinoides está ligada con la activación del sistema de recompensa endógeno que se hace por vías placenteras, como por ejemplo el sexo, entonces, bloquear ese camino, aunque saque las ganas de comer, puede provocar efectos conductuales», señaló.

Vínculo entre marihuanas

La científica sostuvo que hay una ligazón estrecha entre la marihuana externa y la interna, pero reconoció la dificultad que existe para probar esa ecuación por «la gran cantidad de restricciones que existen» en la importación de THC. «A nosotros nos serviría mucho para experimentar y determinar tanto los efectos positivos como negativos, porque el empleo terapéutico de la marihuana es tan válido para ser estudiado y utilizado como el que se hace de la morfina», aclaró.

En un trabajo publicado en la revista Química viva, de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, la investigadora principal del Conicet y directora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (CEFYBO), Ana Franchi, sostiene que la marihuana natural es consumida en medicina de múltiples maneras: «inhalada o fumada (contra el asma, para mejorar la visión nocturna, la opresión, la sofocación, el insomnio, la ronquera, la extinción de la voz), en infusiones de té (para combatir las náuseas y otras molestias causada por los efectos secundarios de la quimioterapia), aplicada localmente (para combatir el dolor).

Según la especialista, terapéuticamente, el cannabis ha sido aconsejado para tratamientos de insomnio y como sedante para el dolor (en artritis, reuma, lesiones de médula, paraplejia y tetraplejia). También se prescribió para terapias de trastornos nerviosos, temblores en parálisis compulsivas, espasmos de vejiga e impotencia sexual que no provenga de enfermedad orgánica.

Los adelantos en los estudios de los efectos del THC y los endocanabinoides permitieron avanzar en el diseño de nuevos tratamientos para el dolor, las náuseas, la obesidad y el daño cerebral.
En el mismo informe, Franchi afirma que, actualmente, se pueden conseguir comercialmente varios THC sintéticos, como el nabilone o el dronabinol que sirven para combatir las náuseas producidas por la quimioterapia y que estimulan el apetito en pacientes con sida.

En cuanto a la producción de endocanabinoides, hace poco tiempo se descubrió que aumenta con la realización de ejercicios, mientras que en el caso específico de la anandamida no sólo se fabrica en el cerebro sino que está presente en un producto de consumo masivo tan común como el chocolate.
Adler sostuvo que un dato curioso que se desprendió de la investigación fue la cuestión ligada al sexo en sentido macho-hembra, donde de acuerdo a la experimentación que se realizó con ratas de laboratorio, se verificó que la relajación alcanzada por las hembras era mucho mayor que la de los machos.
«Pero en las hembras castradas -agregó- el efecto de la anandamida se equiparó con el de los machos, y cuando se les suministró estrógenos recuperaron esa capacidad relajante, entonces verificamos que las mujeres somos mucho más sensibles al efecto de la marihuana y más adictas al chocolate».

Efectos negativos del cannabis

El cannabis es el producto de dos variedades del cáñamo, la cannabis índica y la cannabis sativa. El principio activo de estas plantas es el THC-delta-9-tetrahydrocanabinol, cuya concentración varía según las partes de la planta y también de unas plantas a otras.
Los efectos del cannabis tienen su máximo entre 30 minutos y 1 hora, pero puede durar unas dos o tres horas. Produce una sensación de euforia inicial y bienestar acompañada de un cierto grado de trastornos de la coordinación, sedación y abatimiento con relajación, pérdida de la capacidad de concentración, letargia y somnolencia. Puede afectar la percepción visual y auditiva así como la apreciación subjetiva del tiempo, que pareciera pasar más lentamente.

También pueden aparecer alteraciones momentáneas de la agudeza visual y de la discriminación de los colores.
Físicamente produce una dila-tación de los vasos sanguíneos conjuntivales y de la esclerótica que da lugar a un enrojecimiento ocular característico.
Los cannabinoles y principalmente el THC, ejercen una acción inespecífica en el árbol bronquial de tipo broncodilatadora, por lo que al ser consumido con tabaco, aumenta el riesgo de cáncer y enfermedades respiratorias.

Los estados de embriaguez o intoxicaciones intensas, que pueden durar unas tres horas, terminan con un estado funcional psíquico normal, sin modorra.

El uso frecuente y crónico del cannabis puede acarrear una disminución de la actividad física y psíquica. El THC tiene una vida media en el cuerpo de unas 56 horas; la eliminación se realiza un 45% por las heces y un 22% por la orina y, al cabo de una semana, se elimina un 67% del total.
Los efectos a corto plazo del uso de la marihuana incluyen problemas con la memoria y el aprendizaje, percepción distorsionada, dificultad para pensar y resolver problemas, pérdida de la coordinación y un aumento en el ritmo cardíaco, ansiedad y ataques de pánico.

El chocolate es rico, placentero e ideal para la relajación y el bienestar general

De acuerdo a estudios científicos el chocolate, además de rico, contiene tres sustancias que pueden incidir en el estado de ánimo de las personas. Su contenido en cafeína y teobromina, lo convierten en un estimulante leve. La feniletilamina, que produce un efecto placentero a nivel cerebral y la anandamida, que causa relajación y sensación de bienestar.

Estos dos últimos compuestos también están en el hachís (una droga derivada del cannabis), por lo que algunos trabajos sugirieron que el chocolate podría tener efectos adictivos similares a los de la marihuana. Sin embargo, se ha demostrado que la concentración de estas sustancias en una tableta es insuficiente para que el chocolate provoque efectos adictivos.


Alimentos que retrasan la vejez

El consumo de maíz, cerezas, avena y vino tinto retrasa el envejecimiento por su alto contenido en melatonina, sustancia producida en pequeñas cantidades por el cuerpo y que atrasa el daño oxidativo y la degeneración neuronal.

Así lo establece un estudio de la Red nacional de investigación del envejecimiento, en el que participan investigadores del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada (sur de España).

El trabajo fue llevado a cabo en ratones normales y transgénicos, a los que se provocó un enveje-cimiento celular acelerado, si bien sus resultados son aplicables al ser humano. El estudio concluye que el consumo de la melatonina retrasa el daño oxidativo y los procesos inflamatorios propios del envejecimiento.

Esta sustancia natural, que el ser humano produce, se encuentra en pequeñas cantidades en algunas frutas y verduras como la cebolla, la cereza y el plátano, y en cereales como el maíz, la avena y el arroz, además del vino tinto y algunas plantas aromáticas como la menta, la hierba luisa, la salvia o el tomillo.

Según Darío Acuña, miembro del instituto, el estudio comprobó que es a los 5 meses de edad en los ratones (equivale a los 30 años del hombre) cuando comienzan a aparecer los primeros síntomas de envejecimiento en los tejidos.
Es entonces cuando se produce un aumento de los radicales libres (oxígeno y nitrógeno), que a su vez, provocan una reacción inflamatoria.

El estrés oxidativo también tiene su reflejo en la sangre, ya que, según comprobaron los investigadores, las células sanguíneas «son más frágiles con el paso de los años, por lo que su membrana celular se destruye más fácilmente».
Los autores del estudio administraron melatonina en pequeñas cantidades a los ratones y observaron que esta sustancia, además de neutralizar el estrés oxidativo y el proceso inflamatorio provocado por el envejecimiento, retrasa los efectos de éste, aumentando así la longevidad.

La ingesta de esta sustancia a diario en el hombre a partir de los 30 o 40 años podría retrasar la aparición de enfermedades ligadas al envejecimiento y relacionadas con los radicales libres e inflamación, como son muchos procesos neurodegenerativos, como el párkinson, o complicaciones de patologías como la diabetes.

En Brasil investigan usos medicinales del cannabidiol

El cannabidiol, un componente de la marihuana que se usa medicinalmente en varios países para aliviar el dolor de enfermos terminales, también puede servir para tratar a personas con síntomas de ansiedad, afirmaron científicos brasileños de la Universidad de Sao Paulo.

Los beneficiados podrían ser personas con trastornos de pánico, trastornos obsesivo-compulsivos, fobia social y otras formas de ansiedad patológica.
La sustancia extraída de la marihuana, sintetizada en laboratorio, fue experimentada con éxito por los investigadores brasileños y sin que su uso provocara dependencia.
«La sustancia tiene menos efectos sedativos que los calmantes que normalmente son suministrados a este tipo de enfermos», aseguró el jefe del departamento de Neuropsiquiatría y Psicología Médica de la Universidad de Sao Paulo, José Alexandre de Souza Crippa.

«También actúa más rápido que los antidepresivos que son recetados para este tipo de pacientes y no tiene efectos colaterales», agregó.

En la primera fase del experimento, el componente extraído de la marihuana fue suministrado a voluntarios sanos, para verificar la seguridad de su uso y si provocaba dependencia. «Pudimos comprobar que actúa en determinadas áreas del cerebro asociadas a la ansiedad», explicó Souza Crippa.

Los investigadores de la Universidad de Sao Paulo trabajaron con plantas genéticamente modificadas procedentes de Inglaterra, donde hace años se estudian los efectos medicinales del cannabis, sobre todo como analgésico.