Un total de 18 personas han fallecido en Navarra en lo que va de año -la última el pasado domingo, según informó ayer el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles. En contestación al diputado socialista Vicente Ripa, que pidió la comparecencia de Robles y formuló diez preguntas sobre las circunstancias de las últimas muertes por sobredosis en la Comunidad Foral, el delegado informó de que se ha producido un «repunte» importante en los fallecimientos por intoxicación aguda relacionada con drogas, un dato que se desconocía, ya que la cifra que se había barajado hasta ahora era la de siete fallecidos. Robles recordó que de 1996 a 2001 habían muerto por esta causa 21 personas.
Indicó que a las seis registradas entre el 6 y el 8 de octubre de este año, motivo de la pregunta de Ripa, se suma la producida «ayer mismo» (por el domingo).
Varias de ellas, dijo, están relacionadas con la metadona, bien porque se la suministraran al fallecido por estar en un programa sustitutivo con esa sustancia o porque la persona con la que convivían la puso a su alcance por estar integrado en un plan take home, por el que proporcionan al toxicómano «estabilizado» todas las dosis que precisa en una semana para que se las administre en casa.
Las características comunes a todos los fallecidos, informó, son una larga dependencia, «lo que les había producido un gran deterioro orgánico», eran personas «envejecidas por su adicción», habían salido y entrado numerosas veces en programas sustitutivos, eran politoxicómanos y muchos de ellos padecían enfermedades incurables.
Señaló que hay varias investigaciones «en paralelo» para determinar la causa de las muertes, aunque se ha descartado que sea «por envenenamiento».
La Dirección General de Salud Pública, ha decidido «exacerbar» las medidas de control de dispensación de metadona en farmacias, y dejar en suspenso el programa take home de esta sustancia, hasta que no estén disponibles los informes hepatotoxicológicos de los fallecidos.
Intercambio de jeringuillas
Por otro lado, el programa de intercambio de jeringuillas para presos drogodependientes, iniciado en 1997 en la prisión de Basauri (Vizcaya), se universalizará y se implantará en los 66 centros penitenciarios que hay en España. Robles explicó que, en la actualidad, el programa está implantando «con plenitud» en once centros y en marcha en otros diez.
El programa de intercambio, que persigue reducir las tasas de infección por VIH y de hepatitis, no se aplicará en cinco centros, entre ellos el Psiquiátrico del Centro Penitenciario de Sevilla, el Psiquiátrico de Alicante y la prisión de Valencia.
En todo el tiempo que funciona este plan, indicó Robles, no ha habido «ni un solo incidente» y los funcionarios han colaborado en su implantación.
Además, en contestación a la diputada socialista Carmen Romero, Robles apuntó que las investigaciones sobre blanqueo de dinero procedentes del narcotráfico han aumentado un 73 por ciento respecto a 2001, al pasar de 942 a 1.631. Las inspecciones en entidades de crédito, un total de 36, suponen un 36 por ciento más que el año anterior, añadió.