Gracias a un moderno sistema de fotografía continua el virus del sida ha podido ser fotografiado en funcionamiento en el interior de una célula humana. Científicos de la Universidad de Illinois (Chicago) han podido observar por primera vez cómo el VIH se aprovecha de los propios mecanismos celulares para su reproducción en el corazón mismo de la célula.

Una fotografía capaz de captar una secuencia de movimiento ha permitido demostrar cómo el virus se adhiere a una de las proteínas de la célula, la dineína, a través de la cuál se va lanzando a los microtubos que se insertan en el interior de la célula. Estos pequeños tubos se dirigen directamente hacia el núcleo de la célula desde donde el virus es capaz de comenzar a replicarse aprovechando los propios mecanismos celulares.

Aunque cada vez son más los datos que se conocen sobre los mecanismos de funcionamiento de este virus, hasta ahora nunca se había podido ver con tanta claridad cómo lograba entrar en la célula y cuál era su actividad una vez allí.

Este descubrimiento ha permitido descubrir cuál es la trayectoria del virus hacia el núcleo de la célula. El virus salta de tubo en tubo, parándose e incluso retrocediendo hasta que, finalmente, alcanza su destino: el núcleo, el motor central de la célula. Contrariamente a lo que se pensaba, el abordaje del VIH no es directo sino que son varios los rodeos que tiene que dar hasta alcanzar definitivamente el centro de la célula.

Fotografía fluorescente

Para poder apreciar la progresión zigzagueante del VIH hacia su destino, se han empleado las últimas técnicas fotográficas. En primer lugar se adhirieron proteínas de color verde fluorescente (procedentes de medusa) a las partículas del virus y se iluminaron con rayos de luz azul para hacerlas brillar. Los tubos celulares fueron marcados a su vez con otra proteína fluorescente.

De esta manera, los investigadores pudieron ver cada una de las partículas destacada como un punto verde en un fondo de tubos de color rojo. Estas imágenes secuenciales fueron tomadas bajo la lente de un microscopio con intervalos de 15 segundos.

Los autores de estos experimentos, publicados en el «Journal of Cell Biology», son muy optimistas con los resultados y confían en que estos permitan focalizar mejor los objetivos de los nuevos tratamientos contra el sida.