Existe suficiente evidencia científica para asegurar que el mundo digital tiene un impacto sobre la salud, no solo en la infancia, sino a lo largo de toda la vida. Lo que ocurre es que los niños y adolescentes son especialmente vulnerables. Y es un impacto que se produce a todos los niveles:
- Físico
- Social
- Psicológico
- Sexual.
Hablamos de un problema real al que se enfrentan los pediatras en las consultas.
Pero como apunta la doctora María Salmerón, coordinadora del grupo de trabajo de Salud Digital del Comité de Promoción de la Salud de la AEP:
«Debemos tener claro que las tecnologías han venido para quedarse y forman parte de nuestra vida”. Y por eso, es fundamental dar herramientas a niños, padres, pediatras y autoridades educativas para aprender a utilizar las tecnologías de forma positiva y disminuir los riesgos que conlleva su uso inadecuado.
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