En el discurso durante la conferencia “Tratar con las drogas II” celebrada en Varsovia, a finales del año pasado, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, instó a los liderazgos mundiales a replantear radicalmente las políticas sobre drogas. Declaró que el enfoque de décadas centrado en la criminalización y prohibición ha «destruido innumerables vidas y dañado comunidades enteras».
Türk destacó la necesidad urgente de adoptar políticas basadas en los derechos humanos, señalando el incremento de muertes relacionadas con las drogas y el aumento de trastornos por uso de sustancias. “La criminalización y la prohibición han fallado en reducir el consumo de drogas y en disuadir el crimen relacionado. Estas políticas simplemente no están funcionando, y estamos fallando a los grupos más vulnerables de nuestras sociedades”, afirmó.
La conferencia reunió a liderazgos y personas expertas internacionales para compartir mejores prácticas y conocimientos, continuando el debate iniciado en el primer encuentro de Ámsterdam a inicios del 2024.
Según la ONU, el discurso de Türk llega en un momento crítico. En Afganistán, aunque una prohibición impuesta por los talibanes en 2022 redujo inicialmente el cultivo de opio en un 95%, en 2024 la producción resurgió en un 19% debido a la crisis económica y el aumento de los precios. Mientras tanto, en América del Norte, la llamada «crisis del fentanilo» ha alcanzado niveles sin precedentes de muertes por sobredosis, con impacto también en Asia y África.
Türk también abogó por un cambio radical hacia políticas basadas en la salud pública, la dignidad y la inclusión. Subrayó la necesidad de medidas sensibles al género, basadas en evidencia y orientadas a la reducción de daños, como el acceso voluntario a atención médica y servicios sociales.
“La despenalización es un elemento clave de la reforma”, declaró, enfatizando que tratar a las personas en lugar de castigarlas reduce el consumo de drogas y las infecciones relacionadas. Además, destacó que la reintegración social y la educación deben reemplazar la encarcelación y la estigmatización.
Türk hizo hincapié en la importancia de incluir a las personas más afectadas por las políticas actuales en el desarrollo de nuevas estrategias. “Históricamente, quienes usan drogas han sido marginadas, criminalizadas, discriminadas y excluidas, a menudo despojadas de su dignidad y derechos”.
“El fracaso de la llamada guerra contra las drogas es evidente y absoluto”, concluyó Türk. “Priorizar a las personas por encima del castigo significa salvar más vidas”.