Reducir la prevalencia que tienen alcohol, tabaco y drogas, retrasar la edad de inicio de su consumo en adolescentes y minimizar los riesgos asociados que conlleva son los grandes objetivos del nuevo Plan Municipal de Drogodependencias, que el Ayuntamiento está diseñando para actualizar el ahora vigente y que se aplicará hasta 2019. Los retos y las principales directrices del sexto plan se mantienen similares al programa anterior, aunque teniendo en cuenta que también en el campo del consumo de alcohol y drogas se van produciendo cambios significativos, por lo que también es necesario adecuar las medidas que se adoptan a las nuevas necesidades, según insisten en señalar los técnicos municipales.
Esas modificaciones se dirigen fundamentalmente en dos frentes: actuar para prevenir el consumo y, una vez que ya se ha producido, aunque sea de forma esporádica, trabajar en medidas educativas que puedan sustituir al ineficaz castigo económico o la multa, que en la mayor parte de los casos asumen los padres sin consecuencias para el propio menor.