Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico del subsector de Pontevedra ultiman ya su formación para poder iniciar en breve los controles que les permitan detectar a conductores que se pongan al volante tras haber ingerido sustancias estupefacientes. Según indicó el nuevo capitán del subsector de Tráfico, Leovigildo Villares, las primeras pruebas se podrían comenzar a realizar «con toda probabilidad» a finales de este mismo mes de octubre.

De esta forma, los controles con el dispositivo conocido como narcotest se extenderán al resto de viales interurbanos de la provincia ya que en la actualidad tan sólo se tiene conocimiento de su aplicación por parte de las policías locales de Pontevedra y Vigo. En la capital del Lérez los primeros controles se realizaron a finales del pasado mes de septiembre dejando ya varios positivos que supusieron una denuncia administrativa, la retirada de 6 puntos del carné de conducir y una multa de 500 euros para los infractores.

Al igual que ocurre con las policías locales, Villares confirmó que los controles de la Guardia Civil serán selectivos debido al coste que tiene: «Es una prueba bastante cara por lo que habrá que discriminar un poco, de lo contrario sería un malgasto de dinero». En cualquier caso, se van a aprovechar los dispositivos que se despliegan para detectar a los conductores que circulan bajo los efectos del alcohol para someter al narcotest a aquellas personas que despierten las sospechas de los agentes.

Villares adelantó el inicio de este tipo de controles de droga en las carreteras de la provincia después de su presentación en la Subdelegación del Gobierno como nuevo capitán del subsector de Tráfico de la Guardia Civil en Pontevedra. El subdelegado, Delfín Fernández, aprovechó la visita del mando de la Guardia Civil para hacer un repaso de la evolución de la siniestralidad vial en la provincia, un balance que deja cifras realmente «esperanzadoras» ante el acusado descenso en el número de accidentes, heridos graves y leves, así como fallecidos. Unas estadísticas que «han de tomarse con prudencia y cautela pero también con la confianza de que esta tendencia se va a consolidar», señaló Fernández Álvarez.

Así, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de este año el número de fallecidos en viales interurbanos de la provincia de Pontevedra cayó un 34,8% pasando de un total de 41 víctimas mortales de 2010 a las 27 de este año. Otro descenso importante se produce en el número de heridos graves que cayó hasta un 83,9% pasando de 274 el pasado año a los 44 que se contabilizan en lo que va de ejercicio. En cuanto a los heridos leves, el descenso también es acusado, de un 76%. Fueron 1.938 las personas con lesiones leves de 2010 frente a las 460 atendidas hasta septiembre.

El número total de accidentes también cae, pasando de los 3.130 del pasado año a los 2.927 actuales, de los que 1.207 fueron con víctimas. Los accidentes mortales también descienden de 35 a 21.

Fernández Álvarez atribuyó este descenso a los cambios normativos pero incidió en que la «clave» sigue siendo una actitud en la carretera por parte de los conductores «cada vez más responsable y cívica».