Aquellos niños cuyas madres han fumado una cajetilla de tabaco o más durante el embarazo serán el doble de propensos a ser adictos a la nicotina cuando lleguen a la edad adulta. La exposición al tabaco altera la estructura cerebral del feto, traduciéndose en un mayor disposición a ser dependientes de los cigarrillos.

Los resultados no quieren decir que los niños cuyas madres han fumado durante la gestación consuman más cigarrillos sino que «si lo intentan tienen más riesgo de llegar a ser dependientes» comenta el doctor Stephen L. Buka, de la Universidad de Harvard en Boston (Estados Unidos) y principal autor del estudio.

Los investigadores realizaron entrevistas a 1.248 mujeres embarazadas y les preguntaron sobre sus hábitos tabáquicos. Una vez dieron a luz, se volvió a contactar con sus hijos cuando ya eran adultos y se les interrogó sobre sus propias costumbres.

Más del 60% de las mujeres entrevistadas habían fumado durante su embarazo y alrededor del 35% habían consumido al menos un paquete de cigarrillos en alguna ocasión a lo largo de la gestación. La explicación a ese gran porcentaje de fumadoras se debe, según explica este médico, a que los datos son de hace muchos años, cuando todavía no había conciencia de lo perjudicial que era el tabaco para el feto.

Tras analizar los datos, lo que se detectó es que los niños de las mujeres más fumadoras durante su embarazo, fueron el doble más propensos a la adicción a la nicotina durante su etapa adulta que aquellos de madres que no presentaron este hábito tóxico a lo largo de la gestación.

Esta tendencia a la adicción no se registró en aquellos adultos cuyas madres fumaron menos de un paquete en su embarazo, según explican los autores del estudio publicado en el «American Journal of Psychiatry».

Los autores sugieren que las madres que han fumando durante el embarazo lo siguen haciendo tras el parto y el efecto de la nicotina que se filtra a través de la leche materna y al respirar el aire del hogar, se suma al que tuvo lugar a lo largo de la gestación, todo ello afecta a la estructura cerebral del bebé. Esta exposición al tabaco parece que no afecta a la adicción a otras sustancias como la marihuana.

Se estima que en Estados Unidos el 12% de las mujeres que dan a luz fumaron durante su embarazo, lo que da un resultado de que 500.000 bebés han estado expuestos al humo del tabaco antes de su nacimiento. Este hecho puede ocasionar otros trastornos como un mayor riesgo de abortos, de bajo peso del recién nacido y de muerte súbita infantil.