Proyecto Hombre Navarra presentó ayer su memoria del pasado año en el que atendieron a 466 personas en los cuatro programas que desarrollan. La Fundación ha comprobado que ha ascendido el número de personas con problemas de alcohol y estimulantes como la cocaína, mientras que se ha estabilizado o disminuido la proporción de personas adictas a la heroína.
Para Alfonso Arana, director de la Fundación, «el consumo perjudicial de alcohol es un problema de primer orden dentro del panorama de drogodependencias. Es la principal droga de abuso en todo el estado». Los datos son significativos: el 87% ha consumido alcohol alguna vez, mientras el 9,5% reconoce abusar de él.
El Programa Proyecto Hombre acogió a 146 personas con problemas de dependencias de diferentes sustancias y que requieren un período de tratamiento residencial en Comunidad Terapéutica. «Con respecto a otro años, estamos notando un descenso porque en el año 91 llegamos a atender en este programa a 222 personas y, en los últimos años, hemos descendido hasta los 140», destacó Arana.
La Fundación acude semanalmente a la cárcel de Pamplona y 6 personas salieron de prisión para hacer el programa terapéutico. Asimismo, 30 personas de las 146 estaban en cumplimiento de alguna pena dentro del programa en lugar de en prisión. Proyecto Hombre intenta reinsertar laboralmente a todas estas personas y, para ello, se realizan cursos de electricidad, invernaderos y medicina. «Llama la atención de que las 22 personas que llegaron a esta fase, 18 consiguieron un puesto de trabajo», advirtió el director.
Cambios en la Comunidad
Sin embargo, en los últimos años, está cambiando el perfil de la gente que asiste a la Comunidad Terapéutica. Hasta ahora, la mayoría eran personas por consumo de heroína, mientras se incorporaban adictos a estimulantes y alcohol. Ahora, los tres grandes grupos están al mismo nivel. «Tenemos que ir adaptándonos a los cambios que se producen en el tipo de personas que llegan a la Comunidad», indicó Arana.
Por otro lado, la Fundación Proyecto Hombre, a través de su programa Aldatu, ha tratado durante el pasado año a 139 personas con problemas derivados del consumo del alcohol, 24 más de las que recibieron en el 2000 y 52 más que en el 99. La edad media de las personas que acuden a Proyecto Hombre por esta adicción es de 40 años, principalmente varones, con estudios básicos y medios, mientras que el 55% de las personas que entran en el centro se encuentran en paro. Estas personas consumen una media de 62 unidades alcohólicas a la semana.
«Entre las consecuencias más importantes del consumo de alcohol destaca un elevado gasto económico mensual con una media de 325 euros al mes, discusiones familiares, alcoholemias positivas, accidentes de tráfico y laborales…», explicó Iñaki Lorea, subdirector del Centro de Día de la Fundación.
Este programa está consiguiendo unos resultados muy positivos, ya que el 50% de las personas que acuden se mantienen en el tratamiento a los tres meses.
El consumo de cocaína y de otros estupefacientes está creciendo en los últimos años. Las personas que acuden al programa Eunate son principalmente varones, con una media de 29 años, solteros y laboralmente activos. «Son personas socialmente integradas y no perciben el riesgo del consumo de cocaína. Consumen una media de 5 gramos de cocaína a la semana, vía nasal y que toman más de tres días a la semana. Suelen tomarla junto a alcohol y otras drogas. Un aspecto importante de estas personas es que presentan trastornos mentales asociados al consumo de estas drogas», observó Lorea.
106 adolescentes
Por último, el programa Suspertu trató a 106 adolescentes y a sus familiares que requieren un apoyo en el área de prevención secundaria. «Los chavales que tratamos ya han tenido un primer contacto con las drogas, pero intentamos trabajar y hacerles fuertes para que no lleguen a los otros programas», explicó Uxua Ardanaz, subdirectora de Suspertu.
La Fundación ha observado que en los últimos años está aumentando el número de jóvenes que llegan al centro, aunque es importante también el trabajo que se realiza con las familias porque «para que una persona sea fuerte a los efectos que pueden tener las drogas, es importante que la relación familiar les puede proteger», indicó Ardanaz. El perfil de los chavales que vienen proceden de familias normales, tienen 17 años y son varones en un 86% y además estudian la ESO o el Bachiller. En este programa, los resultados obtenidos también son satisfactorios porque han conseguido que el 50% de los adolescentes sean dados de alta, algo destacable si se tiene en cuenta que estos jóvenes vienen, en su mayoría, «de las orejas».
Presupuesto – Ayudas del Gobierno
La Fundación Proyecto Hombre de Navarra tuvo durante el año pasado unos ingresos de 167.861.670 pesetas procedentes del Gobierno de Navarra y de otras fuentes, aunque por otro lado, invirtieron 180.624.808 pesetas, lo que supone un deficit de casi 13 millones de pesetas. Pedro Berraondo, presidente de la Fundación, explicó que la mitad de este deficit corresponde a los gastos en el cambio y acondicionamiento de la nueva sede situada en el edificio de los Paúles.
No obstante, Berraondo explicó como ha sido en este año cuando el proyecto Suspertu, de reciente creación, ha comenzado a recibir subvenciones del Gobierno de Navarra mientras el pasado año no lo hizo «ya que no se sabía a qué departamento le correspondía». La mayor parte de los ingresos que recibe la Fundación proceden del Gobierno de Navarra (de Salud, Trabajo y Bienestar Social) que aporta casi 100 millones de pesetas. Además, el año pasado ascendió considerablemente la suma de dinero que donaron los familiares de los que están en el centro, algo que quieren potenciar en los próximos años: «Ha habido un incremento del 17% en lo que ellos han aportado. Seguimos manteniendo la idea de que Proyecto Hombre es gratuito, pero si queremos concienciar a las familias de que aporten dinero en alguna medida, sobre todo en aquellos programas más deficitarios».
El programa Suspertu es el que más perdidas tiene y la directiva de la Fundación está trabajando en el medio de financiarlo porque consideran que el trabajo que están llevando con los adolescentes es muy importante. El departamento de Salud da 85 millones a la Fundación, mientras Trabajo subvenciona con 5 los cursos de reinsercción laboral que ofrece la Comunidad Terapéutica. Por último, Bienestar Social apoya distintas iniciativas como el programa Suspertu, lo que ha aumentado este año. «Esperamos que con todas las ayudas, el programa Suspertu se pueda sostener por sí misma porque en un inicio era difícil sacarlo porque tampoco queremos restringir nuestro papel».