El año pasado se infectaron por VIH en España más de 3.000 personas, alrededor de diez al día. De ellas, la mitad se produjeron por relaciones heterosexuales, el 25% por relaciones homosexuales y un 17% por compartir jeringuillas. Además, en 2004 se diagnosticaron 2.034 nuevos casos de sida, un 10% menos que en 2003.

Estos datos los dieron hoy a conocer durante la inauguración del Foro «25 años de sida» el Ministerio de Sanidad y Consumo y SEISIDA, con motivo del 24º aniversario del primer diagnosticado con esta enfermedad en el mundo, el 6 de junio de 1981 en EEUU. Desde entonces, en España han fallecido 46.000 personas por esta causa. «La epidemia de VIH ha cambiado la cara del mundo», dijo hoy la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado. La pandemia afecta a 39 millones de personas a nivel global.

Aunque los avances en investigación y tratamientos han permitido afrontar la epidemia con más y mejores armas desde 1981, Salgado recordó hoy que, aunque la mortalidad se ha reducido, los infectados crecen. «El número de pacientes es hoy mayor que nunca y una cuarta parte de infectados está sin diagnosticar», advirtió.

En la actualidad, entre 120.000 y 150.000 personas viven con VIH o con sida en España y se calcula que el 25% de ellas (entre 30.000 y 37.000 personas) está sin diagnosticar.

Pero en estos 24 años la epidemia ha registrado cambios importantes y ha pasado por dos fases claras: la ligada a las jeringuillas y la transmitida por las relaciones sexuales. «El cambio de una a otra se fue produciendo de forma imperceptible al comienzo, pero al final el giro ha sido total», indicó el doctor Daniel Zulaika, presidente de SEISIDA. Así, a finales de los 80, el 70% de los enfermos de sida eran usuarios de drogas, mientras que hoy la transmisión heterosexual, seguida de la homosexual, son las vías más frecuentes.

Junto a la «sexualización» de la epidemia, Salgado denunció hoy su «femenización», un fenómeno que se produce porque «se desarrolla en un contexto de desigualdad de género, porque las mujeres no pueden negarse a ciertas prácticas y son víctimas de situaciones de violencia».

Prácticas de riesgo

El doctor Zulaika también criticó que el descenso de la mortalidad haya hecho «bajar la guardia» en la prevención y ofreció algunos datos como muestra: «las infecciones de transmisión sexual se han duplicado en los últimos cuatro o cinco años en España, el número de abortos en adolescentes españolas se ha duplicado en la última década y el consumo de la píldora del día después está aumentando y sustituyendo en muchos casos al preservativo, lo que no es bueno para la prevención de las ETS y del VIH».

La titular de Sanidad admitió en este sentido que «las prácticas de riesgo son muy frecuentes también en España». Según la Encuesta de Salud y Hábitos Sexuales, un 12% de los jóvenes españoles se inicia en el sexo antes de los 16 años, el 28% de los hombres no utilizan el preservativo en la primera relación con su nueva pareja y el 49% no lo usa nunca con sus parejas ocasionales; hasta el 30% de los consumidores de drogas utiliza jeringuillas usadas y la mitad no usa siempre preservativo. Más del 25% de los homosexuales mantiene relaciones sin protección.

«Son datos para la reflexión», opinó Salgado, quien abogó por la prevención como «la gran prioridad». En este sentido, la pasada semana el Consejo de Ministros de Salud de la UE aprobó un texto con propuestas españolas como la que, por primera vez, se insta a los Estados miembros a fomentar el empleo el preservativo.

Otro de los retos a afrontar es la extensión de los tratamientos a todos los afectados. La aparición de los antirretrovirales en 1986 supuso un revulsivo y, aunque en España todos los afectados tienen acceso a estos tratamientos que permiten una adecuada calidad de vida, el doctor Antonio Antela, del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, recordó hoy que «no es el caso de los 95% de infectados de todo el mundo», fundamentalmente en Africa.

Por su parte, Mª José Fuster, presidenta de la Coordinadora Estatal de sida (CESIDA), insistió hoy en la necesidad de «un compromiso ambicioso donde el VIH sea una prioridad en la agenda política, con un mayor esfuerzo presupuestario», así como trabajar para acabar definitivamente con la discriminación de los afectados.

Diez objetivos

Salgado identificó por último diez lineas de trabajo para seguir afrontando la epidemia, entre las que propuso que las estrategias de prevención de la infección tengan en cuenta la «nueva situación demográfica» española, con un 8.4% de ciudadanos extranjeros con sus propias culturas. «Hay que buscar la manera de llegar a ellos», destacó.

Las otras medidas pasan por fortalecer los sistemas de información de nuesvas infecciones por VIH, impulsar el diagnóstico precoz, desarrollar la educación afectiva y sexual desde la escuela primaria e involucrar a los padres en esta tarea, recomendándoles el «impulso del preservativo ante relaciones sexuales ocasionales o de riesgo». Defendió también programas específicos para homosexuales, la extensión de los programas de reducción de daños en toxicómanos, fortalecer los programas de prevención en infectados por VIH/sida, apoyar el movimiento asociativo e impulsar la investigación, en pro de una vacuna que aún no se ha descubierto.