Se esperaba la llegada de los festivales de música con mucha expectación. Tras casi dos años de apagón e incertidumbre por las medidas contra el covid19, promotores, músicos y público habían subrayado el verano de 2022 como el del reencuentro en los festivales, actividad que en la última década ha situado a España a la cabeza de un tipo de turismo, local y extranjero, atraído por estos eventos musicales masivos, con cifras de venta de entradas superiores a los 400 millones de euros anuales. En 2021, tras el hundimiento provocado el año anterior por la pandemia, ingresaron 157 millones de euros en los casi mil festivales organizados por todo el territorio español, un 13% más que en 2020 y un 55% menos que en 2019, según la Asociación de Promotores Musicales (APM).

Y la respuesta ha sido, por un lado, apabullante: más festivales que nunca, con el regreso de citas veteranas y la aparición de otras nuevas, más aquellos pospuestos en 2020 y 2021, y registrando cifras de asistencia mareantes. El Viña Rock abrió la temporada en Villarrobledo (Albacete) el último fin de semana de abril con más de 240.000 asistentes; por el Low Festival de Benidorm pasaron 73.000 personas durante sus tres días a finales de julio; la primera edición de Granca Live Fest en Las Palmas de Gran Canaria los días 8 y 9 de julio congregó a más de 30.000 asistentes; y el balance de las 47 noches de las Noches del Botánico en Madrid superó las 120.000 entradas vendidas.

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