Su eficacia en el tratamiento de la adicción al cigarrillo no está probada científicamente y, por eso, los expertos en tabaquismo optan por no recomendar su uso para dejar de fumar. Acupuntura, hipnosis, biorresonancia o termoestimulación. Los tratamientos alternativos inundan el mercado como contrapunto a los opciones antitabaco que sí cuentan con el visto bueno de la ciencia: terapias sustitutivas de la nicotina (parches, chicles y comprimidos), bupropion (un antidepresivo) y las técnicas psicológicas. «No existen estudios controlados y a largo plazo que puedan demostrar su eficacia. Todas suelen ir acompañadas de una gran parafernalia sugestiva y es posible que lo que funcione sea precisamente el componente emocional», declara Víctor López, antiguo presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo.

Las terapias alternativas utilizan distintas vías de acción: agujas que estimulan, técnicas de relajación, ondas electromagnéticas, rayos infrarrojos… Los especialistas coinciden en destacar que su eficacia siempre dependerá de si el paciente tiene la verdadera intención de acabar con su hábito.

– Acupuntura.

Esta técnica milenaria, que consiste en pinchar una serie de agujas en puntos estratégicos del cuerpo, ya ha demostrado su eficacia en el tratamiento de determinados dolores. Como sucede cuando un fumador se enciende un cigarrillo, las punciones consiguen que el organismo libere endorfinas, que están relacionadas con la sensación de placer, explica Isabel Giralt, presidenta de la sección de acupuntores del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona. A más largo plazo, añade, la acupuntura «ayuda a que el cuerpo, desequilibrado por el tabaco, pueda readaptarse». Para tratar esta adicción, las agujas suelen situarse en las orejas aunque también se actúa sobre otros puntos relajantes (piernas, brazos, cabeza, espalda). Todo depende del efecto que se quiera conseguir. En el caso concreto de los fumadores, Isabel Giralt suele realizar una o dos sesiones diarias, durante los primeros siete días, y de dos a tres más en las semanas siguientes. Cada consulta cuesta entre 25 y 50 euros.

– Hipnosis.

En contra de lo que algunos piensan, los especialistas en esta terapia aclaran que no consiste en dormir al paciente y obligarlo a actuar en contra de su voluntad. Lo que consigue la hipnosis, matiza el hipnoterapeuta catalán Álex Santos, es que el sujeto entre en un estado de semiconsciencia y relajación. «Hay quien tiene miedo a ser dominado pero no se trata de eso. El paciente tiene el poder en todo momento, es mucho más consciente de sí mismo, más incluso que cuando está despierto», asegura.

Para tratar la dependencia al tabaco, este experto primero valora el grado de adicción y los estados con los que el fumador asocia los cigarrillos: «Hay algo en el inconsciente de la persona que provoca que fume y la hipnosis determina qué pretende». A continuación, se dan instrucciones para «aguantar el impulso y cambiar el significado». Se necesitan entre tres y cinco sesiones (60 euros cada una).

– Biorresonancia.

«Es la ciencia que regula a un ser vivo por sus ondas electromagnéticas», apunta Santiago de la Rosa, presidente de la Comisión de Médicos Naturistas del Colegio Oficial de Médicos de Madrid. A través de electrodos y de un programa informático, se detecta la presencia de ondas alteradas en el organismo y se inserta en el cuerpo la frecuencia inversa.

«La máquina detecta la onda del cigarrillo y lo que hacemos es introducir su antifrecuencia», explica. Esta terapia también requiere la desintoxicación del paciente, a través de productos homeopáticos, y se apoya de distintas sesiones de acupuntura. Este médico madrileño opina que la biorresonancia puede complementar a los sustitutivos de la nicotina o al bupropion. «En un mes dejan el tabaco, si no lo consiguen es porque realmente no quieren hacerlo», destaca. Su precio ronda los 250 euros.

– Homeopatía.

Esta terapia ofrece pocos apoyos contra el tabaco, según los propios especialistas. No obstante, como resume el homeópata Ángel Roig, existen dos opciones que podrían ayudar. La isoterapia, que se basa en medicamentos homeopáticos que contienen diluida la misma sustancia que se quiere combatir (nicotina o tabaco). Y los productos de fondo, personalizados según el perfil de cada paciente para permitir que éste «encuentre su propio equilibrio».

– Otras.

Por 270 euros, algunos pacientes se someten durante cuatro días a sesiones de termoestimulación, una técnica basada en las propiedades de los infrarrojos para incidir los puntos de acupuntura. Otros, sin embargo, optan por los libros de autoayuda, liderados por el archiconocido «Es fácil dejar de fumar, si sabes cómo,» de Allen Carr.