La legalización del juego, la difusión masiva de las máquinas tragaperras y la creciente oferta lúdica en Internet inciden en el agravamiento de la ludopatía en España. La pérdida de control hace que una conducta inofensiva se convierta en una adicción que interfiere gravemente en la vida cotidiana.

Éstas son algunas de las conclusiones de prestigiosos especialistas que se dieron cita en la Jornada de Actualización del Juego Patológico celebrada hace unos días en Madrid, promovida por la Agencia Antidroga y la Red de Salud Mental de la Comunidad de Madrid en colaboración con la Fundación Gaudium.

La jornada, coordinada por el profesor Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco y director científico de la Fundación Gaudium, analizó un trastorno grave que afecta tanto a adultos como a adolescentes.

La ludopatía sigue el patrón de todas las conductas adictivas, en las que una conducta inofensiva se convierte en un hábito que el sujeto no puede controlar y que interfiere gravemente en su vida y en la de los que le rodean. A ello se suma la aparición de este trastorno asociado a otros, como el abuso de alcohol, el tabaquismo, la depresión o los trastornos de personalidad. La curación del ludópata plantea un auténtico reto terapéutico y social que se aborda desde diferentes ámbitos, que fueron analizados por expertos como el profesor Nady el-Guebaly, catedrático de Psiquiatría y director de la División de Abuso de Sustancias de la Universidad de Calgary.

La Comunidad de Madrid impulsará un programa de prevención de adicción que desarrollará la Agencia Antidroga, cuyo objetivo es concienciar a la población más vulnerable sobre el riesgo que un uso indiscriminado que las nuevas tecnologías, como el teléfono móvil, Internet o los videojuegos, pueden entrañar en el desarrollo de una conducta adictiva.

Este programa se dirigirá a menores de edad temprana, con el fin de atajar el problema en una fase de desarrollo vital previa al uso frecuente de las nuevas tecnologías.

Según datos del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, el 49 por ciento de los jóvenes de 17 años usuarios de telefonía móvil declara haberse sentido «agobiados o pasarlo fatal» cuando han tenido que prescindir temporalmente de su utilización. El 8 por ciento de los menores que visitan cibercentros hace más de tres visitas a la semana, y un 5 por ciento lo hace casi a diario. Esta frecuencia puede indicar un trastorno adictivo.