Puede ser un viaje de muy difícil retorno, con consecuencias funestas. Consumir o traficar con drogas en el extranjero es un «error fatal» que a día de hoy les cuesta severas penas de cárcel a 1.142 presos españoles en 47 países del mundo. Representan el 76% -tres de cada cuatro- del total de españoles encarcelados en el extranjero, y el Gobierno vuelve este verano a la carga para evitar que más gente caiga en la misma trampa.

Tras Ministerios, Sanidad, Justicia y Exteriores, activaron este lunes una nueva campaña informativa destinada a las decenas de miles de ciudadanos españoles que en esta época cruzan la frontera y viajan a otros países. Es la quinta edición, como las anteriores en colaboración con la Fundación Ramón Rubial-Españoles en el Mundo, y lleva por lema «Instrucciones para no volver a casa». Con ironía, y unas viñetas explicativas, las autoridades «aconsejan» varios métodos para acabar en prisiones de terceros países, con las vacaciones arruinadas y quién sabe si también la vida. Llevar encima pequeñas cantidades de droga – marihuana, hachís, coca, heroína, de síntesis u otras…- siquiera para consumo propio, la compraventa en el país de destino, o aceptar «encargos» para transportar paquetes sospechosos, son vías casi seguras a la cárcel y a procesos penales muy serios, tanto en países del llamado «Tercer Mundo», como en vecinos de la UE.

Ésa es, -dijo el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar-, una equivocación muy común entre quienes «por ingenuidad, error o insensatez» se arriesgan a coquetear con las drogas en el extranjero. Se tiende a pensar que sólo algunos países exóticos o de credos religiosos estrictos, islámicos en particular, castigan el consumo o el «trapicheo», mientras en Occidente la permisividad es alta. No es así. Las estadísticas demuestran que casi la mitad (42%) de los presos españoles por drogas en el extranjero ocupa celdas en países europeos.

Fumarse un canuto en público o en locales de ocio en la muy desarrollada Noruega, por ejemplo, puede acarrear serios problemas legales. Portugal, con 134 reclusos, es el país con más españoles encarcelados por asuntos de drogas, seguido de Francia e Italia, con 113 españoles encarcelados por drogas cada una. En segunda línea, Perú (106), Venezuela (80), Marruecos (77) y Ecuador (57), según datos de este mismo mes.

No existe un perfil claro del español encarcelado por drogas en el extranjero, aunque los hombres son inmensa mayoría, 1.323, frente a 195 mujeres, de edades muy dispares. Pese a que existe en España una baja percepción del riesgo que entraña el contacto con las drogas fuera de nuestras fronteras, la tendencia mejora ligeramente y baja el porcentaje de presos españoles por drogas en el exterior, del 85% del total el año pasado, al 76% de éste ejercicio.

Jóvenes

Aunque no los únicos, los principales destinatarios de la campaña son los jóvenes. «Queremos alertar a aquellas personas más vulnerables que, por su juventud y falta de experiencia, pueden verse tentados a consumir drogas o a traficar a pequeña escala en sus viajes al extranjero, para que desistan», subrayó Carmen Moya, delegada para el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad.

López Aguilar destacó los esfuerzos del Ministerio por conseguir que los españoles condenados fuera cumplan sus condenas en España. En el último año y medio han regresado a 184 penados con sentencia firme, de los 294 que lo han solicitado. España tiene una treintena de convenios bilaterales y multilaterales con otros países para facilitar estos traslados.

La campaña distribuirá 2.400 carteles y 200.000 postales en aeropuertos, estaciones de autobús y ferrocarril con líneas internacionales, comisarías expedidoras de pasaportes y centros de vacunación, entre otros, con recomendaciones para alejarse de las drogas, desconfiar de las falsas impresiones de permisividad, y rechazar encargos de desconocidos. Recuerdan que, en caso de detención, se debe contactar cuanto antes con la embajada o consulado de turno, o la Fundación Ramón Rubial-Españoles en el Mundo.