EUROPA PRESS – Proyecto Hombre en Baleares presentó hoy un programa de competencia social dirigido a sus usuarios con hijos, un colectivo que representa alrededor de un tercio de las 340 personas que atiende esta organización, con el objetivo de que mejoren sus relaciones familiares a través del desarrollo de habilidades parentales.

«Hasta ahora a estas personas se les trataba su adicción, pero faltaba enseñarles a ser buenos padres», aseguró una de las responsables de Proyecto Hombre, Cristina Fernández, en referencia a esta iniciativa, adaptación de un proyecto de la Universidad de Utah (Estados Unidos), en la que han intervenido profesionales del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de las Islas Balearse (UIB) y del Hospital Son Dureta.

Según expuso Fernández, el programa, que tendrá una duración de 14 semanas y que se desarrollará también en Alicante, Sevilla y Córdoba, comenzará la semana que viene. En la iniciativa, participarán de momento nueve usuarios, todos varones, con hijos de edades comprendidas entre seis y 12 años.

«Se trata de darles a estas personas competencias en términos de relación con su familia», aseguró la directora del Departamento de Ciencias de la Educación de la UIB, Carmen Orte, quien señaló que los hijos serán también objeto de atención. En este sentido, indicó que las sesiones impartidas por los formadores se centrarán en que estos menores desarrollen «habilidades comunicativas» y la capacidad de «toma de decisiones».

La profesora del Departamento de Promoción de la Salud y Educación de la Universidad de Utah, Karol Kumpfer, impulsora de «Stregthening Families Program» (SFP), en el que se basa el programa de Proyecto Hombre, resaltó el éxito que ha tenido este plan en los diferentes países en los que se ha implantado, como Inglaterra, Suiza o Thailandia.

A este respecto, indicó que, en un muestreo realizado en Washington, se constató que el porcentaje de jóvenes de 15 y 16 años que declaraban ser consumidores de drogas descendió del 60 por ciento al 15 por ciento, gracias a la puesta en práctica del programa, que en el caso de Estados Unidos es universal, a diferencia de España, donde se dirige únicamente a los usuarios de Proyecto Hombre.

Según explicaron sus responsables, la filosofía del programa se basa en una apuesta por la «terapia» y la «comunicación», a partir de la organización de una sesión semanal de dos o tres horas de duración. Los padres y los hijos participan de forma separada en la primera parte de esta terapia, para después «compartir experiencias» en una sesión en común.