A través de medios impresos y por vía informática, el profesor Silvio Orta Cabrera se refirió este viernes 18 de junio al Día Internacional contra la droga”. En su declaración señaló que los “días internacionales” resaltan en el calendario de las Naciones Unidas; por ejemplo, sólo en junio hallamos, entre otros, el Día Mundial del Medio Ambiente (fijado para el 5), el Día Mundial contra el Trabajo Infantil (el 12), contra la Desertificación y la Sequía (el 17), el de la Administración Pública (el 23) y el que el uso acostumbrado reduce a la denominación “Día Mundial contra las Drogas” (el 26)”.

–Esas fechas tienden a ‘congelarse’ –expresó–, es decir a no ir más allá de declaraciones como ésta y reducirse a círculo especializados, siendo que en verdad deben servir para incentivar, a lo largo del mes en que se celebran, diversos tipos de actividades en cada país y en el seno de la comunidad internacional. Es ese el sentido que debe dársele a la decisión adoptada en 1987 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, con la denominación específica de “Dia internacional de la lucha contra el uso Indebido y el tráfico Ilícito de drogas”.

Añadió que “se fijó el 26 de junio, porque en esa fecha y en aquel año, se instaló la conferencia mundial que abordó el tema, a juicio de muchos de modo tardío, pues hacía largo rato sobresalían las cifras del tráfico y la expansión del consumo” y recalcó que además de lo tardío “hoy debe sumarse la tardanza en reconocer el fracaso de la política de ‘guerra contra las drogas’, sostenida durante estas dos décadas largas. Casi de nada sirvió al avance hacia el logro de un mundo libre de drogas. Sin embargo, este 26 debe animarnos a no desmayar, ya que el consumo de sustancias psicoactivas y los hábitos nocivos como la entrega a los juegos de azar, causan adicciones y dependencias que deshumanizan a las personas, las ‘desfamiliarizan’ y las ‘des—socializan’.

–Y no se debe desmayar, asimismo, porque ha habido logros significativos en la investigación científica acerca de los efectos de las drogas en el individuo, los ha habido también en los tratamientos y crece la tendencia a priorizar la vía de la educación preventiva y del fortalecimiento de la estructura familiar y la comunitaria, fundamentadas en valores y normas de carácter permanente (p. ej., la honestidad, la autoestima), el descarte de los antivalores que sirven de base a métodos inhumanos y represivos, y la incorporación de nuevos valores y normas acordes con las características de nuestro tiempo.

Al finalizar la entrevista, insistió en que se abre paso la práctica de una buena prevención, contraria a la desarrollada con fines ideologizantes, pues la ideologización en la prevención y en el tratamiento se hunde en un pozo de efectos dañinos en parte similares a los de las drogas. “Es un crimen y una dispersión de recursos sobre todo económimos”.

En cambio, es saludable la demostración creciente de la funcionalidad de los tratamientos en grupos, con auxilio psicológico, psiquiátrico y farmacológico, respetuosos de lo humano esencial: lograr la convivencia participativa del individuo autónomo en la sociedad y elevar el afán de libertad en un clima de respeto a los derechos humanos.”

Parte de esas declaraciones conforman lo central del artículo “Prevenir y tratar”, escrito por Orta, aparecido en el diario “El Tiempo”, de Puerto La Cruz, Venezuela, el 18 de junio.