La fiesta navideña se ha vuelto una fecha de iniciación de los jóvenes en el consumo de drogas ilegales y de alcohol, confirma con preocupación el coordinador de la Cátedra Libre Antidrogas (Cliad) del Instituto Pedagógico de Caracas, Hernán Matute.

Para estos nuevos consumidores los traficantes de drogas preparan su «Operación Navidad» durante los meses anteriores a la temporada decembrina. Almacenan y procesan las drogas, que luego ofrecen a los consumidores a lo largo del mes, aprovechando así el efectivo que circula por las calles y en los centros turísticos, porque «en esta época es cuando se vende más en menos días», según académicos, investigadores y policías, citados por el Cliad.

Sin embargo, el adicto permanente evita comprar en Navidad importantes cantidades para no ser timado por los «jíbaros» ­vendedores de drogas-, quienes las alteran y las mezclan (reducen), a fin de rendirlas y colocar más en el mercado local, lo cual no es detectado por los que recién prueban las sustancias. «Por eso es que la Navidad se ha convertido en una época de inicio de muchos jóvenes, dado que sobre todo es para ellos para quien se produce al final del año», asegura el experto.

Matute viene denunciando que a las puertas de licorerías y abastos de las ciudades se arma una especie de botiquín, a pesar de estar prohibida la ingesta de alcohol en los alrededores de los expendios de licor. No obstante esto, las autoridades han hecho caso omiso de las advertencias, lo que ha propiciado que estos lugares se hayan vuelto centros de distribución de otro tipo de drogas ilegales, incluso -ha señalado existe «policonsumo» entre los muchachos venezolanos que pasan de la cerveza al ron, o al vodka, o de la sangría a la ginebra, haciendo una combinación y mezcla de diferentes grados de etanol, y además les añaden sustancias estimulantes.

El Cliad realizó una investigación entre 200 jóvenes de 15 a 21 años del Distrito Metropolitano de Caracas en el segundo semestre de 2009, cuyos resultados arrojaron que el 82% de los encuestados, debidamente escolarizados, consumen alcohol; 63% se emborracha, y 47% se emborrachó en los (2) dos últimos meses. «De los que se emborrachan, el 31% señaló que aliña, tonifica, o se redondea con otras drogas (ilícitas) como: crack-piedra, perico, basuco (cocaína), y marihuana».

«Los padres y representantes, así como las autoridades policiales, deben estar en alerta para no permitir que esto ocurra», advierte el educador.

¿VACACIONES? Matute asegura que en la mayoría de las temporadas de vacaciones, aunque particularmente al final del año por el pago de utilidades, aguinaldos y demás bonos especiales, comienzan a consumir el mayor número de personas. Las ventas «al menudeo» de la droga se suelen disparar hasta un 50% en los días navideños, aprovechando «la poca vigilancia, control, e información de los padres; el exceso de permisividad en Navidad y la ausencia del resguardo o protección que genera la relación escuelamaestro-profesor por estar de vacaciones».

Además, subraya, hay mucho dinero circulante y disponible en manos de los jóvenes, y «existe la propensión a no escatimar gastos, siendo el alcohol, la marihuana, la cocaína y el éxtasis, las drogas más consumidas en esta época».