Ante el incesante aumento del consumo de drogas aparece el informe de la Oficina de Drogas y Delincuencia de Naciones Unidas que asegura que el problema de los narcóticos se halla »bajo control». Parece que este organismo vive en otro mundo o que se da por satisfecho resolviendo los problemas sobre el papel. Si los narcotraficantes lo han leído deben de haberse hecho un hartón de reír. La actual política prohibitiva, además de ser nefasta, se caracteriza por las informaciones poco creíbles que en lugar de informar y formar a la sociedad la confunden y desinforman. Dice que la disponibilidad de las drogas ha descendido pero no dice que el 74% de la heroína producida y el 58% de la cocaína llegan a los consumidores. La realidad es que en que en algunos países disminuya o permanezca estable el consumo la realidad es que a nivel mundial sigue creciendo.
Afganistán, país que produce el 90% del opio que se consume en el mundo en 2006, aumentó un 60% su producción, y la previsión para 2007 sigue siendo de aumento. No parece ser un síntoma de que la droga esté bajo control. Otro síntoma negativo es que los 5.000 millones de dólares que EEUU lleva gastados en la erradicación del cultivo de coca en Sudamérica no han servido para nada ya que la producción de coca sigue en 980 toneladas métricas igual que antes de emprender la campaña contra el cultivo.
Por otra parte los políticos promotores y líderes de la lucha antidroga han convertido esta lucha en un gran negocio en el que no dudan en falsificar datos en su propio provecho. Provocan además la política del miedo para que los gobiernos no busquen soluciones alternativas que no se basen en la prohibición y el uso de la fuerza.
Ya sería hora de abordar una política más humana y efectiva por parte de todos los países que reemplace la prohibición por la prevención, educación y formación.
Al final, ante un negocio, el narcotráfico, que se sitúa entre los tres primeros del mundo, surge la inevitable pregunta ¿Hasta que niveles de las Organizaciones Mundiales y de los Estados llega la corrupción y el soborno?
La lucha más difícil es aquella que se libra contra los intereses económicos ocultos y el soborno porque se desconocen la mayoría de los enemigos.
Firmado: Joan Manuel Riera Casany
Voluntario Social