Las normas que permiten fumar marihuana libremente en Holanda serán modificadas para evitar daños mayores «al fumador más vulnerable: los adolescentes y jóvenes», según Ivo Opstelten, ministro de Justicia del país europeo.

El funcionario se refiere al cambio de tipificación que cataloga como «droga dura» a una variedad de cannabis que contiene más de un 15% de tetrahidrocannabiol (THC), el principio activo de la hierba. Esta característica empeora los efectos de la marihuana sobre el cerebro.

Como los coffee shops -bares que permiten fumar libremente y que son más de 650 en territorio holandés- han decidido vender esta peligrosa variedad, el Gobierno decidió reformular las normas para restringir su comercialización y puso límites más rígidos al funcionamiento de estos reductos.

Por un lado, no tendrán más de 2.000 socios cada uno, los cuales deberán estar registrados y presentar un carné cada vez que quieran ingresar. Pero, además, perderán su principal clientela: los turistas. El ingreso será exclusivo para holandeses o bien para ciudadanos con permiso de residencia.

Los clubes tampoco podrán permanecer abiertos si se encuentran a una distancia menor de 350 metros de un establecimiento educativo, aunque la entrada en vigencia de esta norma tendrá un plazo mayor para implementarse: a partir de 2014.

Ámsterdam también se plantea un compromiso mayor en la lucha contra la exportación de marihuana cultivada en los Países Bajos. Una ley no exenta de contradicciones -conocida como Ley del Opio- penaliza el cultivo y tráfico de más de 30 gramos de marihuana, pero permite el consumo interno. Su despenalización -hasta cinco gramos por persona-, se inició en 1976 y favoreció la delimitación de un mercado de drogas «blandas» ante el de las «duras», reduciendo la venta clandestina.