Cada vez más, en la sociedad se extiende la percepción de que la marihuana es una droga inofensiva. Cada vez hay más asociaciones a favor de su legalización, más clubs sociales donde se puede adquirir marihuana, más países que la han legalizado para el consumo o para fines terapéuticos, y otros que están debatiéndolo en el parlamento.

Con esta tesitura, es normal que nuestros jóvenes no tengan la percepción de peligro al consumir marihuana, y piensen que no es perjudicial.

Según un estudió del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona, el consumo de cannabis en España, alcanzó su tasa más elevada en el 2008 desde los años setenta. Y si analizamos las encuestas bienales del Plan Nacional sobre Drogas, se concluye que las primeras experiencias con el consumo de cannabis, se dan más frecuentemente en jóvenes de entre 15 y 19 años.
A nivel europeo, según el informe anual del Observatorio Europeo de Drogas, España se mantiene junto con el Reino Unido y Francia, como los países líderes en consumo de cannabis, además de cocaína entre los jóvenes, con una tasa de prevalencia del 17%.

Con estas cifras, podemos decir que el cannabis es la droga que más se consume entre los jóvenes, y además, que más daños esta causando en este segmento de la población.

Estadísticas de la Red de Alerta sobre el Abuso de Drogas emitió un informe de cómo estaban las visitas a urgencias relacionadas con la droga. Reveló que la marihuana es la droga que más jóvenes envió a los servicios de urgencias que cualquier otra. Según su informe, 144 jóvenes por cada población de 100.000 visitaron urgencias durante el año 2010, necesitando atención médica por los efectos adversos derivados del consumo. La siguiente categoría más alta fue el alcohol (140 jóvenes por cada 100.000) y después los analgésicos de prescripción médica (36 de cada 100.000)

Por todo ello, se ha convertido en un problema social y de salud pública, a pesar de la percepción de droga inofensiva que se está extendiendo hoy en día.

Es por este motivo, que es tan importante concienciar a nuestros jóvenes de los peligros y consecuencias de las drogas, y en concreto del cannabis, y conseguir romper el mito de droga inofensiva.

Es necesario que entiendan que la marihuana es una droga que produce adicción, y con mayor probabilidad si se inicia el consumo en la adolescencia, y es importante que conozcan los efectos que puede producir en el organismo (euforia, deterioro de la memoria, de la atención y concentración, aumenta el apetito, aumenta el ritmo cardíaco, dilata los vasos sanguíneos de los ojos, en algunas personas se pueden desarrollar reacciones mentales adversas como ansiedad, miedo, desconfianza o pánico y psicosis aguda.)

En un estudio transversal realizado en Barcelona (Comorbilidad psiquiátrica en jóvenes-adultos consumidores de cannabis, 2012) con 289 jóvenes entre 18-35 años, para determinar la prevalencia vida de trastornos psiquiátricos en jóvenes consumidores regulares de cannabis durante el último año, se observó, que solo el 28% de los participantes no presentó ningún trastorno psiquiátrico, y el 65% tenía algún trastorno psiquiátrico, el más común relacionado con el cannabis (62%).
También observaron que haber consumido un número mayor de «porros» en el último mes se asoció con la presencia de trastornos psiquiátrico.

En definitiva, con este panorama, es muy importante concienciar a nuestros jóvenes que el cannabis es una droga, que produce adicción, y como todas las drogas, es perjudicial para nuestra salud y conlleva consecuencias negativas en muchas áreas de la vida de la persona.
El Instituto Nacional Sobre el Abuso de Drogas (NIDA) reconoce que los padres tienen un papel muy importante para cumplir este objetivo, y que deben hacer el esfuerzo de influir en las actitudes de sus hijos y sus comportamientos. También afirma, que cada vez es más difícil de abordar este problema, debido a los mensajes contradictorios que reciben los jóvenes en referencia al consumo de cannabis y además, porque es posible que muchos padres de esta generación también hayan sido consumidores, lo que puede dificultar establecer reglas definitivas acerca de su uso.

Firmado: Marta Hernández. Psicóloga y Perito.
Nº Colegiada: 22318