Durante mucho tiempo la República Argentina fue un país que se definió a sí mismo como país de «tránsito de drogas». Esto significaba que el problema del consumo de drogas ilegales no era aquí visto como uno fenómeno lo suficientemente general como para asignarle a la Argentina la identidad de «país de consumo».

Los tiempos avanzaron y los problemas sociales como el de la drogodependencia comenzaron a tener cada vez mayor repercusión social ya que la realidad evidenciaba que el consumo de drogas ilegales, fundamentalmente cocaína, se expandía de manera notable en las principales ciudades del país.

Es en la década de los 80 la demanda de asistencia por drogas mostró un crecimiento vertiginoso y poco a poco la percepción que Argentina tenía de sí misma en cuanto al problema de las drogas debió ir cambiando hasta entender que se había convertido en un país no solo de tránsito sino también de consumo de drogas.

Algunos estudios epidemiológicos sobre el particular hablan de que el 1% de la población de nuestro país es adicta (aprox. 350.000 personas), y que alrededor del 4% ha probado o es consumidor social.

Aparte de la marihuana, la droga ilegal que más se consume en Argentina es la cocaína. Casi el 90% de quienes necesitan tratamiento asistencial por drogodependencia son cocainómanos o «poliadictos» que tienen en la cocaína un componente fundamental para su poliadicción. A diferencia de Europa, la heroína no es hoy en día un problema en nuestro país.

Las acciones gubernamentales que intentan dar una respuesta a los problemas que plantea el consumo de drogas ilegales, están en el terreno nacional llevadas adelante por la Secretaría para la Programación de la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico, dependiente de la Presidencia de la Nación.

Esta Secretaría, actualmente a cargo del Dr. Julio Cesar Aráoz, lleva a cabo un Plan Federal a fin de fortalecer y completar una red de prevención y asistencia de la drogadicción en el país. Este es un paso importante ya que hasta hace algunos años la mayoría de los esfuerzos del gobierno nacional referido a políticas de prevención y asistencia sobre drogas se centralizaban casi exclusivamente en la ciudad y provincia de Buenos Aires. El Plan Federal aparece así como mas abarcativo y de repercusión nacional.

Un papel fundamental en lo referido a la asistencia de la drogadicción lo llevan adelante una serie de Organizaciones No Gubernamentales, que trabajando de manera sistemática y sostenida desde hace casi dos décadas mantienen la infraestructura asistencial mas importante con la que cuenta nuestro país en materia de tratamientos para adictos.

Estas ONGs están agrupadas en la Federación de Organizaciones No Gubernamentales para la Prevención y Asistencia de las Adicciones (FONGA), que favorece el intercambio de experiencias entre los especialistas, y ofrece un foro de discusión permanente y representativo ante terceros, ya sean del sector oficial o privado.

La FONGA, presidida actualmente por el Dr. Wilbur Grimsom, se ha convertido en uno de los más destacados voceros sociales que a través de su apoyo a las iniciativas de las entidades miembros, contribuye a que en Argentina se avance en el terreno de la investigación, prevención, asistencia de la drogadicción, y con actividades en pro de la sensibilización social a este tema, como pueden ser marchas callejeras, publicación de artículos de divulgación en diarios o revistas, etc.

La acción en este terreno de los gobiernos provinciales y municipales varía según la región. Argentina es un país con idiosincrasias y caracteres muy diversos según el área que se enfoque. Todavía hay pueblos y ciudades del interior del país muy tradicionales y rígidos en su visión de los cambios sociales que no aceptan que el problema de la droga tenga la seriedad que en realidad tiene. La consecuencia de esta negación es obviamente la ausencia de políticas sociales claras a este respecto.

La Ciudad y Provincia de Córdoba por ejemplo, a pesar de ser la segunda ciudad de argentina en importancia, no tienen aún políticas sociales bien definidas en el terreno de la drogadicción, aunque desde este año han comenzado a aparecer señales por parte de los políticos de interés en este tema.

En todo este contexto, son muchos los desafíos que aparecen. A nosotros nos toca trabajar desde una ONG, entendiendo que nuestra misión mas allá de brindar servicios de prevención y asistencia, está también en provocar positivamente a la clase dirigente para que actúe al respecto, cooperar con los medios de comunicación para que brinden información satisfactoria en el tema, y sumarnos a los esfuerzos que consideren beneficiosa nuestra participación.

Fdo.:
Juan Carlos Mansilla
Psicólogo
Director de Programa Cambio. Buenos Aires. Argentina.