–¿La mujer se va equiparando al varón en número de atenciones por drogadicción?

–Las personas que demandan tratamiento por consumo de drogas, mayoritariamente son hombres. En torno al 70% frente al 30%. Pero hay la sospecha de que son muchas más las mujeres afectadas que las que acceden al tratamiento. En estos últimos tres o cuatro años el consumo se da prácticamente al 50% entre chicos y chicas de 15 a 18 años. Esto es nuevo.

–¿Todo ocio ya es objeto de consumo?


–Todo en nuestra sociedad tiende a transformarse en consumo. También el ocio. Los valores que imperan son el inmediatismo, vivir a tope el presente, sin ningún planteamiento a corto o largo plazo, con muy poca resistencia a la frustración, mientras que la vida comporta frustraciones per se. En este escenario encajan bien estas drogas de síntesis, el alcohol, ir en moto sin casco. Encaja bien llevar una vida en la que el riesgo cobre mucha relevancia.

–El Justicia de Aragón ha dicho que se está empezando a trivializar la violencia ¿Qué opina usted?


–Estoy de acuerdo. Sólo hay que ver los medios de comunicación, los videojuegos… Esta sociedad digiere mal el conflicto. Un padre prefiere comprarle a su hijo una moto con tal de no decirle que no.

–Y termina pegando al padre, según aparece en la memoria de la Fundación. Es algo nuevo, ¿no?.

–En estos años se nota que se han perdido tanto los papeles educativos en algunas familias, que nos ha tocado atender a algunas en las que la situación de no control de sus hijos llega al extremo de que éstos ejercen conductas violentas con los padres. Los valores han variado. En las familias hay verdadera dificultad para aplicar límites, fijar normas, unos mínimos a cumplir en las relaciones familiares habituales, no abordar los conflictos…

–¿Sigue aumentando el consumo juvenil de alcohol?

–Salvo en la última encuesta que parece que se ha estabilizado, hasta ahora todos los años se adelantaba la edad de inicio. Hay un 75-80% de los adolescentes de 15 a 18 años que consumen y a nosotros nos llegan chicos desde 13 años, que no entran en las estadísticas.

–¿Qué otras cifras da la Memoria sobre Zaragoza?


–Se atendieron 172 adolescentes en situación de riesgo, así como a 194 familias. Hemos contado con la ayuda de más de 4.000 personas desde la Prevención (profesores, padres, alumnos, voluntarios…). Se ha atendido una nueva demanda como son los consumos problemáticos de cocaína y estimulantes en la población de más de 25 años. (72 personas y 63 familias en ese programa). En relación al tratamiento con metadona atendimos a 179 personas, –73% hombres–. Ese signo cambia en el programa de atención por crisis, al que acudieron 38 personas, con especial relevancia entre las mujeres, que presentan casos de depresión, autoayuda y consultas de tipo afectivo.

La Fundación Centro de Solidaridad de Zaragoza (CSZ) atendió durante el pasado año a un total de 705 personas y casi 450 familias (un 12% más que en el 2000). En Proyecto Hombre fueron atendidas unas 118 personas, de los que el 83% fueron hombres, con 31,9 años de media.