El contacto con amigos fumadores y el sentimiento de alienación en el entorno escolar son los principales factores que influyen en el inicio del tabaquismo, ya sea de forma esporádica o regular, según se desprende de un estudio patrocinado por la Asociación Americana de Psicología (APA) y publicado en la última edición de la revista especializada Journal of Clinical and Consulting Psycology.

En concreto, los estudiantes con dos amigos fumadores son seis veces más propensos a iniciarse en el tabaquismo de forma experimental y a convertirse después en fumadores intermitentes. Estos últimos tienen a su vez diez veces más posibilidades de acabar fumando de forma «regular o establecida», explicó la doctora Elizabeth E. Lloyd-Richardson.

Las conclusiones del estudio señalan además que los adolescentes con vínculos débiles en la escuela son más propensos a empezar a fumar y a convertirse después en fumadores regulares; lo mismo que ocurre con quienes se encuentran en los cursos superiores de estudios.

El alcohol actúa como elemento de propensión al tabaquismo, ya que entre los estudiantes que beben dos veces al mes el inicio en este hábito es nueve veces más probable y su práctica regular cuatro veces más que en los abstemios.

La investigación señala que el hecho de que los padres fumen aumenta en un 26% las posibildades de que sus hijos adolescentes pasen de una a otra fase de tabaquismo. En este sentido, los vínculos familiares actúan sólo de protección moderada para que los adolescentes no pasen a grados de mayor consumo de tabaco.