Los 171 Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han alcanzado un acuerdo sobre el texto final del Convenio Marco para el Control del Tabaco, que aborda asuntos que van desde los impuestos gubernamentales a la prevención y el tratamiento del tabaquismo, pasando por el tráfico ilegal, la publicidad, el patrocinio, la promoción y la regulación del producto.

Las negociaciones, cuya ronda final comenzó el pasado 17 de febrero, culminan cuatro años de trabajo para elaborar este tratado internacional. El acuerdo, según señala la OMS, es parte de una estrategia global para reducir la mortalidad y las enfermedades relacionadas con el tabaco en todo el mundo.

«El tratado que hemos acordado es un hito real en la historia de la salud pública mundial –destacó la Dra. Gro Harlem Brundtland, directora general de la OMS-. Es un hito de colaboración internacional en un mundo globalizado. Significa que los países trabajarán juntos sistemáticamente para proteger las vidas de las generaciones presentes y futuras, y tomarán y compartirán responsabilidades para que este mundo sea mejor y más saludable».

«El tabaco mata en todos los países del mundo y probablemente la mayoría de nosotros conoció a alguien que ha muerto por esta causa –añadió la Dra. Brundtland-. Como consecuencia de las acciones que tomaremos a partir de nuestros compromisos compartidos, se salvarán millones y millones de vidas».

El texto final se presentará en la Asamblea Mundial de la Salud, el próximo mes de mayo en Ginebra, y una vez adoptado, la Alianza para el Convenio Marco sobre Control del Tabaco estará abierta para la firma de los Estados miembros.

Entre los elementos claves del texto final destacan que los impuestos sobre los productos del tabaco y los precios constituyen una vía importante para reducir el consumo de tabaco, especialmente entre la población joven.

Al menos el 30% -idealmente el 50%- de la superficie de las cajetillas deberá incorporar advertencias sobre los efectos nocivos del tabaco. Asimismo se prohibirán las denominaciones como «light» o «bajo en alquitrán».

El texto apuesta por la prohibición total de la publicidad, si bien en algunos países no es posible por completo. También se especifica la necesidad de proporcionar ayuda financiera a los programas de control nacionales, y de hecho algunas naciones han mostrado su compromiso para que el control del tabaco sea una prioridad.

Asimismo, el documento insta a los países a promover programas de tratamiento para ayudar a los fumadores a abandonar el hábito, y educativos para prevenir el inicio en el consumo, prohibiendo su venta a menores y limitando la exposición al humo en lugares públicos.