Los adictos al juego son cada vez más jóvenes. El grupo de ludópatas menores de 30 años es el que más ha crecido en el último año en Vizcaya, según los datos recogidos por la asociación que atiende a afectados por esta adicción, Ekintza-Aluviz. De las 324 personas que pidieron ayuda, 92 tenían menos de 30 años, una veintena más que en 2001.
Portavoces de este colectivo destacan la influencia que ejerce en los jóvenes haber estado en contacto con el juego desde la infancia o adolescencia, a través de las videoconsolas y los ordenadores. «Lo asumen como una actividad más de su vida diaria», añaden.
Estos jugadores, con una edad media de 25 años, tienen a su favor que les cuesta menos pedir ayuda y someterse a terapias de rehabilitación. «Sufren menos prejuicios y están mejor informados sobre la ludopatía», comentan desde Ekintza. Algunos de estos jóvenes son adictos, pero aún no se han convertido en jugadores patológicos -un proceso que requiere varios años-, por lo que tienen más probabilidades de salir de su particular infierno.
Menos en mujeres
Los jóvenes se acercan ya peligrosamente al grupo más numeroso de afectados atendidos por Ekintza en los últimos años: el del tramo de edad entre 40 y 50 años. Un total de 83 hombres y 11 mujeres de esas edades que atravesaban una situación límite, con importantes deudas económicas y graves problemas familiares, fueron tratados por los expertos de la asociación. El porcentaje de abandono de las terapias es de un 38%.
De todos los juegos de azar, el que más engancha es el de las tragaperras. Y el que crece a mayor velocidad. El 96% de los ludópatas atendidos en 2002 reconocieron su dependencia de este tipo de máquinas. «Las tragaperras son el juego de azar mas adictivo que existe. Su presencia en los problemas de juego patológico hay que tenerla en cuenta y poner las medidas necesarias para que no continúe creciendo de forma desmesurada», reclama Ekintza. Casi 200 de los adictos a las tragaperras perdían su dinero a diario en otros juegos: el bingo, casino, quinielas, o cartas.
La mayoría de los 324 afectados residen en Bilbao y en la margen izquierda. Del total de atendidos por Ekintza, 38 eran mujeres una cifra que no ha crecido en los últimos años. «No quiere decir que la adicción entre las mujeres no haya aumentado, sino que la enfermedad es más fácil que permanezca oculta entre ellas. La sociedad sigue viendo más negativamente la ludopatía en una mujer que en un hombre, la mayoría no tiene ningún apoyo familiar y no acude a ningún centro especializado», indica el estudio realizado por la asociación.