Según un estudio de la empresa Análisis Sociológicos, Económicos y Políticos (ASEP) en más de 1.000 personas, el 54% de los trabajadores considera necesaria la adopción de medidas para mejorar la calidad del aire en los centros de trabajo y se quejan de corrientes, temperaturas elevadas y sensación de aire cargado, humos procedentes del tabaco y olores procedentes del exterior.
Un 26% de los encuestados afirma haber tenido la sensación de ojos llorosos o dolores de cabeza en su lugar de trabajo, mientras que un 24% afirma haber padecido toses, un 23% carraspeo y un 14% sequedad en la piel.
Sobre las enfermedades atribuibles a la mala calidad del aire en los centros de trabajo, los entrevistados sitúan en primer lugar la gripe y los catarros como las afecciones más frecuentes, seguido de migrañas y alergias.