Que un producto se muestre como un aliado de la salud, cuando en realidad es un serio peligro, es lo peor que le podría pasar a los consumidores. Especialmente en un momento en el que no solo el confinamiento, sino también la incertidumbre sobre el futuro durante la pandemia, han metido el bar en más de uno y dos hogares.
La industria de las bebidas alcohólicas, conocida en el argot internacional como la #BigAlcohol, es uno de los mejores ejemplos de lo que se entiende como un lobo con piel de cordero. Esta es la realidad de esta industria en todo el mundo, y España; lejos de ser una excepción, es uno de los modelos más claros y lamentables.
La ley antialcohol que nunca llega