Pese a que todos los grupos de edad señalan a los jóvenes como el colectivo más imprudente e inexperto a la hora de ponerse al volante (58%) y a que, proporcionalmente, tienen más accidentes que el resto de grupos de edad (+37% en los últimos 10 años), los conductores de 18 a 29 años han experimentado un cambio radical, debido, fundamentalmente, a su mayor respeto a las normas y a la modificación de sus hábitos de movilidad.

En este sentido, su tasa de mortalidad ha registrado un descenso del 41% en la última década, lo que les consolida como el grupo de automovilistas con menos conductores fallecidos respecto sus propios accidentados (0,5%).

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