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Según un artículo de Kenneth Anderson en filtermag.org. Aunque la idea de que las adicciones están mayoritariamente vinculadas a traumas ha ganado popularidad gracias a Gabor Maté, los datos muestran que no es así. Si bien algunas personas con adicciones tienen trastorno de estrés postraumático coexistente, y las tasas de TEPT son mucho más altas en este grupo que en la población general, la mayoría no lo presenta. La raíz del trastorno por uso de sustancias puede ser diferente en cada caso: en algunos casos, la causa es la depresión o la ansiedad, y en otros casos no se encuentra ninguna afección coexistente. En resumen, cada caso es diferente y tratar de reducir todas las adicciones a una única causa puede ser perjudicial para los seres humanos.

El artículo presenta varias fuentes de datos para analizar la relación entre los trastornos por uso de sustancias y los trastornos mentales coexistentes, abreviados como CMHD. En la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud (NSDUH) de SAMHSA, el 44% de las personas con trastornos por uso de sustancias presentaban CMHD. Sin embargo, las tasas variaron significativamente según el tipo de trastorno. Por ejemplo, casi el 75% de las personas con trastorno por uso de heroína presentaban CMHD, mientras que menos del 40% de las personas con trastorno por uso de alcohol presentaban este tipo de trastornos mentales.

El estudio de área de captación epidemiológica (ECA) de 1980-1985, que involucró a 20.291 personas (19.182 encuestas completadas), arrojó resultados muy similares. En este estudio, el 37% de las personas con trastorno por uso de alcohol presentaban CMHD, en comparación con el 53% de las personas con trastorno por uso de drogas.

Los estudios de NSDUH también señalan una tasa mayor de CMHD en mujeres que en hombres. Entre las mujeres con cualquier trastorno por uso de sustancias, se encontró que casi el 55% presentaba CMHD, en comparación con menos del 36% de los hombres. La brecha de género persistió en todos los tipos de sustancias.

Cabe destacar que estos estudios eran transversales, por lo que no se pueden realizar deducciones sobre la causalidad. Los estudios solo hicieron preguntas a sus participantes sobre síntomas y comportamientos, y los diagnósticos se asignaron en función de las respuestas. Las preguntas utilizadas variaron ampliamente de un estudio a otro, lo que puede explicar por qué las estimaciones de prevalencia también variaron mucho.

En conclusión, si bien algunas adicciones pueden estar relacionadas con traumas, la idea de que todas las adicciones tienen un origen traumático es incorrecta. En cambio, cada caso puede tener diferentes causas subyacentes. Los datos muestran que las tasas de trastornos mentales coexistentes también varían significativamente según el tipo de sustancia y el género del individuo. En lugar de reducir todas las adicciones a una única causa, es importante comprender su complejidad.

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