En la jornada inaugural de un seminario sobre el cannabis organizado en Alicante por la Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias (FEPAD), Pérez indicó que esta cifra sitúa a la Valenciana como la cuarta autonomía con la tasa más elevada del país, mientras que la media nacional se sitúa en el 22 por ciento.

En al cuanto a la situación general del cannabis en la Comunidad, apuntó que los últimos datos de que dispone reflejan que el consumo en mayores de 15 años ha caído del 9,4 de 2002 al 8,8 en 2004.

El responsable del Consell señaló que esta disminución ha sido posible gracias, entre otras causas, al Plan de Prevención de Drogodependencias que se aplica en la totalidad de los centros escolares de la Comunidad desde 1996.

A pesar de ello, advirtió de que, al igual que el resto de regiones mediterráneas, el consumo en la Comunidad sigue siendo más alto que en el resto de España.

Entre los factores que explican esta circunstancia destacan, en opinión de Pérez, que es una zona de riqueza que depende en un alto grado del sector turístico, el cual facilita la introducción de nuevos consumos, y que existe una «permisividad social» generalizada que repercute negativamente en las drogodependencias.

Por su parte, el experto de la Complutense Miguel Navarro señaló que la tendencia en el consumo se mantiene «ascendente», pero indicó que desconoce hasta qué porcentaje seguirá subiendo.

Apuntó que una de las principales causas es la falta de discernimiento entre el uso recreativo y terapéutico, puesto que se genera una imagen de «poco riesgo» y una tolerancia «injustificada».

Navarro subrayó que no es una droga «inocua» como lo demuestra que tanto los consumidores crónicos como los esporádicos corran el riesgo de padecer distintas enfermedades, sobre todo de carácter mental.

Incluso, señaló que el 10 por ciento de todos los que consumen «alguna vez» este tipo de estupefaciente llega a sufrir adicción, aunque por lo general con un síndrome de abstinencia leve similar a los fumadores de tabaco.

Las manifestaciones de este síndrome de abstinencia son manifestaciones emocionales (ansiedad, nerviosismo, irritabilidad), así como trastornos en el sueño y falta de concentración en el trabajo.

Según los especialistas, todavía se desconoce con precisión cuales son las utilidades médicas de los derivados del cannabis y las cantidades precisas que se deben utilizar y, por ello, apostó por el impulso de la investigación básica y aplicada en esta línea.

Por su parte, el director general de Atención a la Dependencia de la Generalitat Valenciana, Bartolomé Pérez, manifestó que las mayores tasas de consumo entre jóvenes se concentra en las autonomías donde existe una mayor «permisividad».

A este respecto, apuntó que en el colectivo de jóvenes que perciben el cannabis como una droga que genera bastantes o muchos problemas de salud sólo lo consume el 14 por ciento, mientras que entre los que consideran que los riesgos son bajos la tasa se dispara hasta el 58.