Con la proyección ayer de la película «Planta 4.ª», de Antonio Mercero, comenzó este curso el programa de prevención de drogodependencias «El cine en la enseñanza-educación para la salud», en el que está previsto que participen alrededor de 5.000 alumnos de primer curso de Bachillerato y cuarto de Secundaria, junto con sus profesores y al menos el mismo número de padres que el año pasado, 450.
Las películas elegidas no siempre tratan directamente sobre drogas. En la selección, explica Josefina Arias, técnico del plan local de drogas, se ha optado por aquellas que permiten reflexionar a los chavales sobre cómo se comportan las personas ante situaciones similares, cómo les influye el ambiente y las relaciones sociales y familiares. El coordinador del programa, Carlos Castroviejo, insiste en que «tomar drogas es una decisión y películas como «Planta 4.ª» hablan precisamente de tomar decisiones y de las distintas formas de enfrentarse a hechos que son inevitables». Este programa, que utiliza el cine para evitar que los jóvenes consuman drogas y que ha recibido el premio «Reina Sofía» en prevención escolar, ha sido proyectado por Irudi Biziak, una asociación que desde hace 18 años lo desarrolla en el País Vasco y en otras comunidades autónomas.
Cinco para un curso
Irudi Biziak ha propuesto las películas que se proyectarán este año: «Planta 4.ª», de Antonio Mercero; «Héctor», de Gracia Querejeta; «Radio Favela», de Helvecio Ratton; «Retrato de April», de Peter Hedges, y «Chicas malas», de Mark Swalters.
Los chavales ven la película por la mañana y luego, en clase y con sus profesores -que han recibido un cursillo previo-, reflexionan sobre ella con ayuda de un cuadernillo en el que se proponen actividades, temas de debate y que incluyen información adicional. Los aspectos cinematográficos no son lo importante: «Esto no es un cineclub», advierte Castroviejo. De lo que se trata, tal y como se recoge en los objetivos del programa «Cine en la enseñanza», es de enfrentar a los adolescentes a su realidad, animarles a buscar soluciones creativas a los problemas y a crecer como personas independientes y autocríticas.
Además de los centros educativos del municipio, en este programa -que comenzó a impartirse en el curso 2000-2001-, también participan chavales que reciben formación no reglada en escuelas taller, cursos de garantía social o a través de algunas organizaciones.
A la primera jornada del programa asistieron el concejal delegado de Juventud, Gerardo Antuña, y el jefe del servicio de coordinación del plan regional sobre drogas, Félix Ferreiro. Por la mañana se hicieron dos pases de la película y por la tarde hubo otra proyección para los padres.
Desde que comenzó este programa, en el curso 2000-2001, se han proyectado 15 películas. Los resultados son difíciles de evaluar y, en cualquier caso, el coordinador del programa opina que lo importante es trabajar y hacerlo de forma permanente. «Lo ideal sería proyectar las películas en el propio centro de enseñanza y trabajar todos los días sobre ellas», indica.
Éste, que promueve el Ayuntamiento, no es el único programa de prevención del consumo de drogas que se desarrolla en el concejo: los hay para otras edades y dependientes de otras instituciones.