El Gobierno británico se plantea corregir su política de cierta permisividad hacia el consumo de cannabis, después de que hace un año revisara a la baja la peligrosidad de esta droga y la Policía haya dejado de detener a quien se encuentre en posesión de pequeñas dosis. Nuevos estudios que vinculan el cannabis con trastornos mentales justificarían la restitución de esta droga en la categoría B y no simplemente en el nivel C, en el que se encuentran los tranquilizantes.

En lo que parece un movimiento electoral hacia los comicios previstos para mayo, el Ministerio del Interior ha anunciado que podría volver a catalogar el cannabis en el nivel de peligrosidad anterior. Para ello ha pedido un informe al Consejo Asesor sobre el Abuso de Drogas.

En su carta a ese organismo, el ministro del Interior, Charles Clarke, hace referencia a dos recientes estudios internacionales que aseguran que fumar porros, incluso moderadamente, incrementa el riesgo de conductas psicópatas, más notorio en el caso de personas con predisposición a la psicosis.