Los motivos por los que un joven se acerca al programa Reciella de Proyecto Hombre no son muy dispares. Detrás de cada menor o adolescente existe una historia que comienza con un consumo problemático o incipiente de drogas. Distintas son las vías por las que llegan al centro: algunos lo hacen por su propia voluntad y otros porque están sometidos a medidas impuestas por los juzgados de menores.
A dos meses de su apertura el programa Reciella roza el máximo de su capacidad y está al 90 por ciento de su ocupación. Para el director del programa Javier Galán aunque la previsión del centro es atender a 50 personas, «si hubiera más demanda se aumentaría la previsión». Así, mientras en enero los cuatro terapeutas que trabajan en la sede situada en el Campo de los Patos atendían 31 casos, este mes llega a los 40.

Desde el primer día el objetivo de Reciella es además de disminuir el consumo de drogas entre la población joven promover que los familiares o responsables legales se integren y adquieran los recursos para afrontar los problemas que generan el consumo. Por ello actualmente hay nueve familias y 21 padres que participan en estos grupos.

Los resultados obtenidos hasta ahora son valorados muy positivamente por el director quién aseguró que «el número de casos es muy bueno». El personal de Reciella mantiene un trabajo coordinado con las trabajadoras sociales del Ayuntamiento de Oviedo y la consejería de Bienestar Social y Vivienda «para dar a conocer el programa». La forma de trabajo de los terapeutas se divide en varias fases. Los jóvenes, después de pasar por una evaluación inicial, desarrollan diferentes actividades en grupo e inician un tratamiento para reducir el consumo y potenciar el paso a la abstinencia. Además, durante el tratamiento los pacientes se someterán a analíticas y sólo el alta terapeutica dará por finalizado su paso por el programa.