Lo dice un estudio realizado en Barcelona: los diabéticos, así como las personas con colesterol alto, tienen un elevado riesgo de padecer una nefropatía si son fumadores.
Hasta tres veces más de probabilidades que un no fumador. Un 51,7% de los pacientes estudiados eran varones y la edad de los participantes rondaba los 62 años. Durante el estudio realizado a 590 individuos, se demostró que el humo del tabaco multiplica por tres el riesgo de desarrollar una lesión renal.
También un peor control de la tensión y tener el colesterol más alto influyeron en la aparición de este problema. Aunque el mecanismo no es bien conocido. Se sabe que el tabaco tiene efectos agudos en el sistema simpático y, por tanto, influye en la tensión arterial y en la llegada de sangre al riñón.
Estos efectos también son crónicos porque los cigarrillos alteran la función de la pared de los vasos sanguíneos. Un frente más en la lucha para convencer a los fumadores del mal que se hacen a sí mismos manteniendo un hábito que, por otra parte, parece condenado a desaparecer. Al menos en público.