Muchas personas creen que estas Escuelas Municipales de Padres y Madres están dirigidas a familias con hijos drogodependientes. Y aunque no es así, tampoco se puede decir que estos rumores sean infundados. La mayoría de los padres que acuden a estos talleres se acercan a ellos más que por tener un hijo o hija drogradictos, para evitar que sus hijos lo sean en el día de mañana. Por tal razón, en estas escuelas se trata mucho el tema de la prevención.

«La droga está al alcance de todos –explica Lola Domínguez, psicóloga y monitora de la Escuela de Padres del colegio Marismas del Odiel–. La prevención es el mejor vehículo de enfrentarte a esta lacra; pero siempre tratándola y exponiéndola en el sentido educativo, de enseñar a una persona a ser asertiva, a tener confianza en ella misma y no tener miedo al rechazo, para así vivir de la mejor forma en esta vida, y no tener ninguna dependencia».

Uno de los objetivos de estos talleres es formar a las familias en la prevención de drogodependencias, una formación que además de informar pretende aportarles conocimientos, destrezas y prácticas educativas concretas y de fácil aplicación en las que apoyarse para optimizar la tarea educativa.

Con respecto a la prevención de drogodependencias y adicciones en el seno familiar, la intervención en estos talleres va dirigida a sensibilizar y formar a los padres y madres sobre el papel que desempeñan en prevención. Para ello, a través de esos programas, se facilitan a las familias las habilidades adecuadas para relacionarse con sus hijos de un modo preventivo.

En este curso se ha comenzado a impartir desarrollar un nuevo programa de formación a familias, «Protego: entrenamiento familiar en habilidades para la prevención de las drogodependencias». Se trata de un programa catalán muy novedoso que consiste en dar participación a los hijos, para que sean ellos los que evalúen si han notado en casa cambios derivados de la formación adquirida por sus padres.

Estos programas formativos a padres y madres se impulsan desde el Plan Municipal de Drogodependencias ya que la familia posee un potencial en prevención insustituible. «Esta institución es idónea para desarrollar en los niños y jóvenes valores, habilidades, destrezas,… que configuren estilos de vida saludables que hagan que nuestros adolescentes sean más autónomos y resistentes a la presión al consumo de drogas y otras conductas de riesgo para la salud. La responsabilidad de la prevención es de todos, por eso desde el plan se intenta optimizar el papel preventivo de la familia a través de estas jornadas» sostiene Pilar Miranda, delegada municipal de la Concejalía de Familia, Servicios Sociales y Juventud, tras participar en un encuentro de asociaciones de vecinos sobre los nuevos usos de drogas y otras adiciones.

Allí se reunieron muchos colectivos sociales para que una vez informados sobre esta lacra transmitieran todo lo allí escuchado a su entorno más cercano y ámbito de actuación. El objetivo de este encuentro residía en informar para después prevenir.

Y hasta allí se acercaron muchos jóvenes, los verdaderos protagonistas de este reportaje. Estos creen que la educación recibida por los padres afecta en cierta manera en su comportamiento o actitud frente a las drogas. Dicen que puedes haber tenido una muy buena y caer en el mundo de las drogas y viceversa. Más que de los padres, apuntan como culpables, de una posible entrada en este mundo, a las malas compañías que te van incitando hasta que caes en ellas. Sin embargo, entienden que la madurez del individuo es el mejor antídoto contra las drogas. La madurez y una buena educación basada en un mejor comunicación entre padres e hijos. «Si los padres escucharan y comprendieran a sus hijos, la cosa funcionaría mucho mejor».