“La ludopatía es considerada en muchos países un problema de salud pública y que trae consecuencias devastadoras en la familia, en la persona y en el núcleo donde se desenvuelve. Este problema debe tomarse con la seriedad del caso para poder hacer una prevención primaria”, así lo sostuvo a Salud en RPP, el Dr. Armando Martínez Portillo, Psicólogo Clínico del Instituto Peruano de Psicoterapia Cognitiva y Coordinador del Programa de Juegos Adictivos “Acción”.
Reconociendo al ludópata
El doctor Martínez explicó que una persona tiene el problemas de adicción al juego, cuando ya no se puede controlar y apuesta cien soles, cien dólares o mil dólares, gastando incluso toda la línea de crédito de su tarjeta, sin poder parar.
La mayoría de los adictos o las personas con problemas de juego afirman que las primeras veces que iban a jugar, generalmente ganaban, modificando así su conducta de seguir apostando porque sus “ganancias” eran agradables y las obtenían en el menor tiempo y con la mínima cantidad de dinero.
El problema avanza y empieza la fase de pérdida donde saltan las mentiras y la soberbia, niegan la realidad actual de su vida, se tornan agresivos e impacientes debido a la pérdida de dinero, al punto de tomar el que está destinado para algún pago o se endeudan con grandes cantidades con el único fin de satisfacer su adicción, precisó el especialista.
Apuesto hasta la vida
Recordó que el problema del juego data desde siglos atrás donde las personas apostaban una parte de su cuerpo, un objeto y hasta su vida. Un ejemplo fue Fedor Dostoievki, quien era un adicto a la ruleta, y para poder pagar sus deudas escribió el libro “El Jugador” donde relató todos sus problemas y dificultades que pasó en el juego.
Factores adictivos al juego
Para que una persona se convierta en adicta al juego, se deben considerar muchos factores como los problemas familiares, la falta de comunicación, la baja autoestima, un ínfimo nivel de autocontrol o los problemas emocionales, manifestó Martínez.
Sostuvo que las madres de familia prefieren que sus hijos se vayan a jugar a una sala de juegos porque creen que de esa manera los encontrarán en un lugar seguro o el esposo apoya a su pareja a que acuda a un casino para que se “relaje”, sin pensar que la sociedad es muy permisiva con el tema de los juegos de azar.
Construir la motivación
Para que el ludópata cambie su conducta se debe trabajar construyendo la motivación. Y si este no acepta su condición la familia apoyada por el especialista generará una predisposición para que el afectado reconozca el problema y solicite ayuda del especialista.