«Uno de los casos más graves de alcoholismo que hemos tenido ha sido el de una mujer que se sólo se bebía un vasito de vino cuando hacía la comida y otro cuando hacía la cena. Pues el médico le dijo que lo dejara por un problema de páncreas y no fue capaz, no hubo manera, tuvo que venir a pedir ayuda».
Este es uno de los testimonios de Carmen Lázaro, presidenta de la Asociación Balear de Ex Alcohólicos (ABEX) que colabora con el Centro de Coordinación de Drogodependencias de la Conselleria de Salud y Consumo con sus grupos de auto ayuda y ayuda mutua para ayudar a superar la adicción al alcohol.
«El alcohol es una droga barata, con un euro se puede comprar un cartón de vino, legal y socialmente aceptada y a las personas con un problema de adicción no se les nota hasta que están muy deterioradas», añade la presidenta de ABEX, quien destaca que no hay un caso de alcoholismo igual a otro y sí muchas diferencias.
Hay alcohólicos que beben cada día, otros, como los jóvenes, «los más difíciles de tratar porque se creen que ‘controlan’ sufren un alcoholismo vinculado al ocio, de fin de semana». El problema es cuando el enfermo «no puede controlar su vida» para atender a la necesidad de beber que le genera su adicción.
Frente a quienes beben mucho y con mucha frecuencia otros casos de alcoholismo son más difíciles de detectar porque no lo ‘parecen’. Es el caso como el de algunos «bebedores que se emborrachan dos veces al año: cada seis meses no pueden evitarlo, desaparecen de su casa y cogen una borrachera, también están enfermos».
La incidencia del alcoholismo es importante en las Islas. Los consumos de riesgo son elevados entre los jóvenes y más entre las jóvenes. Son datos de La doctora Ana Agius, encargada de tareas de coordinación en el Centro Coordinador de Drogodependencias de la Conselleria de Salud, que dirige el doctor Bartomeu Jaume.
Alcohol y adolescentes
Traducidos a porcentajes, estos datos extraídos de encuestas, señalan que entre los 14 y los 18 años de edad, el 81% de los adolescentes admite haber bebido «alguna vez», el 80,2% «en los últimos 12 meses» y el 63,3% «en el último mes». Todos los consumos son de riesgo por debajo de los 18 años. El consumo mensual, mucho más.
Y en esta franja de edad es aún más alarmante que sean las mujeres jóvenes las que beban más, lo que hace temer a los expertos que el alcoholismo sea un problema de salud que afecte cada vez más a este género, que expresa el problema de un modo más complejo. Lo oculta. Entre las mujeres hay más bebedoras solitarias.
Las estadísticas señalan que el 82% de las adolescentes de 14 a 18 años encuestadas admitió haber bebido en el último año, frente al 79,5% de los varones; un 81,3% de ellas admitió haber bebido en el último año, frente al 78,9% de ellos. Y el 63,7% de ellas bebieron en el último mes frente al 62,9% de ellos.
La incidencia es también significativa entre la franja de edad considerada como «general»: Entre los 15 y los 65 años el 62% admitió haber bebido en el último mes, el 79% en el último año y el 94% alguna vez en la vida.